Ayer, a la conclusión
del cada vez menos clásico del siglo, en mitad de la euforia
desatada por una nueva victoria en territorio hostil, casi de guerra
diría yo, el culé que se sentaba a mi lado tuvo hasta tiempo para
establecer un paralelismo político que me hizo estremecer de terror.
Porque ni corto ni perezoso, aquel tipo entrado en años y de mirada
vidriosa, vio en el pisotón de Pepe a Messi mucho más que una
acción reprobable y fuera de lugar. Para él aquella imagen era la
definición perfecta del trato que el Estado dispensa a Cataluña.
La familiaridad que
concede el alcohol a aquél que no te conoce ni de vista hizo que el
tipo entrara en detalles conmigo sobre su aseveración. Supongo
también en parte por mi cara de estupefacción. Con semblante serio
me argumentó su razonamiento de la siguiente manera:
“CiU gana las
elecciones y se pone a recortar a lo salvaje para cumplir con el
objetivo de rebajar su déficit al marcado por el anterior gobierno
español. Después resulta que éste no abona una cantidad ya
pactada. Para mí es lo mismo que Messi tendido en el suelo, después
de haber sido objeto de una falta. La primera en la frente. Después,
por coherencia, el señor Artur Mas, que pasa los días con las manos
en la cabeza porque la presión fiscal a la que el Estado tiene
sometida a Cataluña la asfixia económicamente, vota a favor de unas
medidas que incrementan todavía más esa presión. Es igual que Pepe
pasando al lado de Messi. Mira de reojo y ¡zas, pisotón al canto!”
Reconozco que me dejó
descolocado. Tanto que mientras trataba de ponerse el abrigo aquel
tipo me miró con aire circunspecto.
“Lo que quiero decir es
que a los catalanes primero nos hicieron falta. Haced ajustes, los
que hagan falta, pero no esperéis el dinero comprometido porque no
llegará. Al suelo. Pasa otro jugador al lado que quizás nos tienda
la mano y nos ayude a incorporarnos. Nada más lejos de la realidad.
Nos mira de reojo y nos pisa con toda su voluntariedad. IRPF, IBI,
IVA. Todo lo que tenga siglas va registrar subidas. Más presión
fiscal. ¡A tomar por culo el estado del bienestar! Lo irónico del
asunto es que además quien pisa a Messi se llama Pepe”
Y dicho eso se fue.
Yo que jamás pensé que
una imagen pudiese dar para tanto, quise establecer ese mismo
paralelismo a nivel local. La Generalitat y sus recortes en todos los
aspectos, sanidad, educación, servicios... la falta táctica. Un mal
necesario (aunque desconozco hasta qué punto bien aplicado) por el
bien de la reactivación económica. Después el visto bueno a las
medidas impulsadas por el Gobierno de Rajoy aduciendo 'coherencia'.
En cierto modo la tiene. Si alguien te está asfixiando lo más
congruente es que si no lo hace con la suficiente fuerza tú le
ayudes llevándote las manos al cuello si eso te ayuda a salvar unos
presupuestos que conllevan más medidas restrictivas en materia
económica. Mirada de reojo y ¡zas, pisotón al canto!
Es como si un condenado a
morir en la horca le entregase a su verdugo una cuerda más gruesa y
con doble nudo de seguridad, porque con esa puede ahorcarse hasta un
elefante, que no se romperá.
Lo peor de todo es que
además de pagar estos 'peajes políticos' al ciudadano nos venden la
burra de que no es una concesión para obtener una contraprestación
y tenemos que tragarnos al señor Artur Mas sacando pecho, mientras
asegura que no necesitan al PP (o Pepe) para aprobar los presupuestos
de la Generalitat. Ya no es que Pepe pise a Messi, es que en este
caso “Artur Massi” le cede a Pepe (o PP) su mano.
Por último, un apunte
futbolístico. Dice mucho del ataque de un equipo si en una victoria
como la de ayer los autores de los goles no proceden de la 1ª ni de
la 2ª línea de ataque, si no de la 3ª, si es que entendemos la
defensa como tal. El Barça actual es como Doraemon, el gato cósmico.
Ya lo dice su canción:
“Doraemon, de recursos
en té molts, a la butxaca màgica trobarà invents per tots”
(Doraemon, de recursos tiene muchos, en el bolsillo mágico
encontrará inventos para todos)