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lunes, 28 de febrero de 2011

Lo siento jefe, hoy no 'Mou' puedo levantar

Hoy no iba a postear nada, acogiéndome al raquítico plazo de recuperación entre la salida nocturna con los 'amigotes' del sábado (a mis años un esfuerzo equiparable al de dos partidos de Champions seguidos) y el sentarme frente al ordenador para 'enneuronar' un cerebro del todo 'desneuronado'. Hasta me había procurado un justificante médico gráfico, una rueda de prensa del entrenador del Real Madrid, José Mourinho, 'Mou' y una nota donde 'adoptando' la letra de mi mamá (no sé por qué con treinta y tantos sigo falsificando justificantes como si tuviese dieciséis) decía: 'Sr. Jefe, hoy mi hijo no puede postear porque está malito, tiene mal el ácido láctico y acumulación de fatiga. Le he dado un caldito de ave, a ver si eso le reanima. No se enfade, mañana estará mejor.'

Mou (siempre que escribo esta abreviatura no puedo evitar ubicarlo tras la barra de una destartalada taberna, dando instrucciones a Barney, Homer y demás acólitos del lugar mientras saca brillo a una copa de cerveza con un trapo de dudoso color blanco) y su comparecencia en rueda de prensa tras el empate a cero contra el Deportivo de la Coruña, eran mi salvoconducto para pasar un tranquilo día de 'teclados caídos'. Sólo era cuestión de saber adaptar los términos a las circunstancias.

Si alguien me preguntaba el por qué de esas ojeras, de esos ojos inyectados en sangre y del aliento capaz de fundir el metal, la frase 'tengo un resacón de no te menees' sería reemplazada por la de 'No es posible recuperarse tan pronto de un esfuerzo físico de semejantes características, esto es un fiel reflejo de la acumulación de fatiga', que traducido viene a decir algo así como: 'Estoy reventado de tanta juerga, me voy a la piltra'.

En caso de interesarse por mi palidez extrema, lejos de reconocer que a causa de los excesos de ese sarao nocturno mis últimas dos comidas iban de mi estómago a mi boca como dos sujetos en la sala de espera de un hospital a la espera de tener noticias de la operación a la que están sometiendo a un familiar, argüiría lo siguiente: 'Todavía tengo que recuperar ácido láctico, pero estoy en ello, son las 12 del mediodía y éste es ya mi cuarto café con leche'.

Sin embargo, finalmente, he aparcado la idea y me he sentado frente al ordenador por dos razones; la primera: porque soy un profesional y es mi trabajo (bueno, no del todo) y la segunda: para dar la razón a 'Mou', los plazos de recuperación de los futbolistas son demasiado cortos, pero también lo son los de los jugadores de baloncesto, balonmano, por no hablar de los ciclistas.

El calendario es el que es y la acumulación de partidos es un hecho (Liga, Champions, Copa del Rey y compromisos con las selecciones). Quizás por eso los grandes equipos, que disponen de plantillas en las que el banquillo está plagado de titulares, dosifican a sus estrellas, para 'protegerles' de ese posible agotamiento físico y mental, porque son capaces de ganar sin su concurso. Algo que 'Mou' no parece contemplar y cuyo máximo exponente es CR7.

El portugués es un fuera de serie, uno de los mejores jugadores del mundo y la gran estrella del Real Madrid, pero él no es todo el Real Madrid y, seguramente, podría ser 'prescindible' en el inicio de algunos encuentros durante la temporada. Dar descanso, los 'futbócratas' lo llaman 'rotaciones'. Esa es, de momento, la mejor solución a calendarios demasiado tupidos.

Sólo así se recuperan ácidos lácticos, cítricos, balsámicos, sulfúricos y todo cuánto haga falta.

Yo, por el momento, también me he apuntado otra opción que plantear a mi jefe para cuando tenga 'acumulación de fatiga' y que no es otra que un sistema de rotaciones semanales (vacaciones al uso, pero dándoles un aire más técnico)

viernes, 25 de febrero de 2011

El día en que aprendí excusología de Zapatero: 'Hoy no toca'

El pasado miércoles 23 de febrero asistí, no con cierto asombro, a una lección magistral para evitar justificar un trabajo mal hecho ante tu jefe si la excusa patria por excelencia ('yo no he sido, estaba así cuando llegué') carece de credibilidad por el desgaste propio del uso indiscriminado. En un aula abarrotada, el Parlamento, el presidente del Gobierno, el maestro, abrió su libro de 'Excusología' e impartió la lección: Hoy no toca responder a nada ni a nadie, es 23-F y es momento de conmemorar el triunfo de la democracia. Me froté los ojos, incrédulo, por la solución tan perfecta de 'escaqueo' a la que acababa de asistir y a la que bauticé como: 'Lo siento, hoy no toca...'

Sobre el papel, la efectividad de esta excusa parecía a prueba de balas y mis ganas de llevar la teoría al campo de batalla no se hicieron esperar demasiado, lo que supone el trayecto de casa al trabajo porque mi jefe estaba a las puertas de la oficina, como esos perros que sus dueños dejan atados en la entrada del supermercado mientras ellos realizan la compra, ladrando a todo el que se le acercaba.

Le saludé con un tranquilizador 'Buenos días', correspondido con un saludo mitad demoníaco, mitad posesión infernal, y esperé a que me preguntara por unos trabajos pendientes que corrían ya cierta urgencia. Cuando lo hizo, tomé aire hinchando bien los pulmones, lo exhalé, en un largo y profundo suspiro, y con una sonrisa en los labios le dije:

-'Hoy no toca hablar de trabajos pendientes, hoy es 24 de febrero, es día de conmemorar que, en tal día como hoy, hace 38 años, decíamos adiós al cantautor Manolo Caracol. Los rumberos estamos de luto riguroso, no se diga más'-. Y entré por la puerta.

Después de eso escribí a Zapatero adjuntándole un listado de posibles excusas que emplear en sus próximos 'hoy no toca', en agradecimiento por haber sido él quién abriese la veda.

Primero le detallé efemérides para cada día del año, después el santoral y como último recurso las siguientes excusas: 'Hoy no toca hablar del paro porque hoy es el cumpleaños de un buen amigo, y quién no ha tenido alguna vez un gran amigo por el que haya aparcado algunos asuntillos' o 'Hoy no toca hablar de las pensiones, porque hay partido de Champions y no tengo olivas y quién puede ver un apasionante Copenhagen-Chelsea sin olivas'

Además de mis ideas, no descarto que el presidente del Gobierno, que dispone de más recursos que un servidor -que se ha de estrujar las meninges para encontrar motivos para sus 'Hoy no toca'-, disponga de un gabinete de asesores de 'Hoy no toca', trabajando sin descanso día y noche para dar con los mejores pretextos para no tener que dar explicaciones en algún momento puntual.

Finalizo el post, a modo de aviso para navegantes, que, llegado el día de cobro, mi nómina reflejaba un saldo negativo de -1,5€ y que cuando le pedí explicaciones a mi jefe, éste, tomó aire hinchando bien los pulmones, lo exhaló en un largo y profundo suspiro y con una sonrisa en los labios me dijo:

-'Hoy no toca hablar de nóminas con saldos negativos pendientes, hoy es 24 de febrero, es día de conmemorar que, en tal día como hoy, EE.UU. iniciaba en 1991 su ofensiva terrestre contra Irak por la invasión de Kuwait. Los detractores de las invasiones estamos de celebración, no se diga más'-. Y salió por la puerta.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Palomares, Obama y el 'Pez Hulk'

Después de leer varios artículos de distintos diarios nacionales, que podéis visitar con los enlaces situados al término del post, del que he bautizado como 'The Palomares Incident' me asaltan varias dudas al respecto: ¿Es el andar bamboleante de Manuel Fraga uno de los efectos de haberse bañado en 'aguas plutónicas'? ¿Por qué los habitantes de esa zona no invitaron a Obama durante su estancia en España a comer un rico y recién pescadito ejemplar de 'Palomaris radiactivus', que se sirve junto a un contador Geiger para ver cuán bueno es? A mayor índices de radioctividad, más gustoso.

Casi puedo imaginarme la escena. Calcada a la vivida por el Sr. Montgomery Burns el día en que acepta ir a cenar a casa de los Simpson en plena campaña política, para dar imagen de cercanía, y la mujer de Homer, Marge, le sirve para cenar el pez con tres ojos que su hijo había pescado en el río, junto a las proximidades de la central nuclear de la que Burns es propietario.

Para la ocasión los Obama, con sonrisa de aquí no pasa nada pero haz que comes y cuando no miren lo escupes en la servilleta, y Fraga, dormido, despertándose de vez en cuando para farfullar alguna cosa del estilo 'carallo, carallo' y volviendo a caer en un estado de letargo.

Todos rodeados por especialistas y medios gráficos, que la foto del presidente de EE.UU. hincando el diente a un pescado más verde e iridiscente que el increíble Hulk después de una sesión de rayos Gamma en 'Gammamanía', indispensables para mantener ese color 'alechugado' todos los meses del año, sería, sin lugar a dudas, una de las instantáneas del año. De la década, incluso.

El desenlace, tal y como yo lo imagino (es mí alucinación y no mete mano ningún productor), sería el esperado, los Obama levantándose de la mesa accediendo a retirar el plutonio que todavía pueda quedar en la zona en la que cayeron las bombas hace ya la friolera de 45 años. 

Algo que, por otra parte, es una fracción de tiempo ridícula tanto para un elemento radiactivo como el Plutonio y para el Sr. Fraga, que igual que Obélix se cayó en la marmita mágica del druida y obtuvo una fuerza sobrehumana, él entonces en calzones y con una barriga bastante similar, parece que obtuvo de aquel baño en Palomares la longevidad del Plutonio en el que se sumergió.

Una vez retirados los comensales, el camarero, al más puro estilo 'Misión Imposible' se quitaría una careta de látex y dejaría asomar su verdadero rostro: ¡Zapatero!, que con una sonrisa y mirando a cámara diría algo así como 'es una cuestión de solidaridaz', en referencia a que nuestro país, a día de hoy, con varias centrales nucleares en funcionamiento desde los tiempos en que se empleaba carbón pintado de verde para economizar, no dispone de infraestructuras para tratar ni enterrar este tipo de residuos.

Y los expertos, mirándose unos a otros, asombrados, '¿pero esto produce residuos? Pues llamamos a los Ayuntamientos allí donde haya alguna Central nuclear para que pongan unos contenedores de reciclaje y listo. Ahora hemos de decidir de qué color lo hacemos y qué símbolo dibujamos y listo. Y si hay que hacer algo más específico, si eso, ya hablamos con Francia, Holanda o Alemania, que seguro que de esto saben un rato'.

Si queréis profundizar algo más sobre 'The Palomares Incident', ahí os dejo algunos links:

EE.UU. visitará Palomares para asesorar en la descontaminación radiactiva (La Vanguardia)

Jiménez confía en que EEUU se lleve los residuos de Palomares (El Periódico de Catalunya)

EEUU expresa su "compromiso" para "colaborar" en la limpieza de Palomares (Ideal.es)

Palomares: un parque temático para olvidar las bombas (Público)

 


 

lunes, 21 de febrero de 2011

El diario As y el 'defensa fantasma'; Skynet apunta hacia España

Errar es una cualidad inherente del ser humano a la que presupongo un papel fundamental dentro de la evolución de nuestra especie y que, en cierta manera, es la que nos permite hoy haber dejado de comer hormigas del interior de un tronco hueco empleando una rama a modo de 'caña de pescar' para llevar a cabo empresas más complejas como la colonización de otros planetas. La inteligencia y el saber reconocer y asumir errores son también, naturalmente, parte de esta impronta humana que nos diferencia de animales y máquinas (aunque de estas últimas no tanto, por lo visto)

Los hermanos Wachowski otorgaron a las máquinas hace ya algunos años la posibilidad de crear sus propios universos en Matrix, una especie de superprograma de ordenador que generaba un mundo alternativo, una suerte de Second Life o The Sims creados bajo los efectos de algún potente ácido. Y lo mejor es que fue capaz de reprogramarse hasta en tres ocasiones (lo que en el plano personal me supuso tres entradas de cine, tres botes de aspirinas y rostro circunspecto cada vez que alguien me preguntaba qué me había parecido la película).

Recargas de Matrix al margen y de por qué Morfeo no hizo honor a su nombre administrando a Neo una pastilla para dormir, una en formato azul y otra en rojo para evitarnos las otras dos cintas de la saga, confieso que estoy empezando a mirar a mi ordenador con otros ojos. Y es que de un tiempo a esta parte hay acontecimientos que me hacen sospechar que estas herramientas están dejando de ser un amasijo de cables y circuitos, que se están humanizando y puede que, incluso, uniéndose en el más absoluto secretos para conspirar contra la humanidad

¿Locura? Puede ser, pero lo cierto es que los programas informáticos están empezando a atribuirse una de las cualidades inherentes del ser humano, la de errar. ¿Alguien ha olvidado ya la mala jugada que le gastó a una conocida periodista y presentadora de televisión uno de estos seres compuestos por líneas y líneas de código?

Estaría la mujer escribiendo su libro en un procesador de textos cualquiera cuando, poseída por la inspiración, tecleando y tecleando párrafos propios, quizás decidió hacer un inciso para comer algo ligero, puede que un sándwich. Se levantó de la silla y grabó en el disco duro de su ordenador todos los avances literarios logrados hasta ese momento...¡210 páginas! Se dijo satisfecha y abandonó la estancia rumbo a la cocina.

Qué lejos estaba de saber que en el preciso instante en que salió por la puerta aquel procesador de textos, en connivencia con Internet y el ordenador y seguramente algún otro elemento informático que no pudo ser imputado por falta de pruebas pero del que se tienen fundadas sospechas que pudo haber participado (sí, hablamos de la carpeta de imágenes), iba a perpetrar el acto más atroz que se le puede atribuir a un autor: 'el corta-pega'. 

Amparado por la inocencia y el desconocimiento informático de su usuaria, el ordenador no sólo se conectó a Internet 'por la patilla' si no que además se dirigió a un sitio web en donde copió el texto de otra novela ya publicada y con total impunidad la pegó en la que tenía almacenada en su disco duro. Para cuando la conocida periodista y presentadora de televisión volvió a sentarse en la silla frente al ordenador el execrable crimen ya se había cometido. Abrió el documento ¡Vaya, 290 páginas-pensó- estos trastos sí simplifican la vida, hasta escriben un rato por ti si estás cansada! 

Aunque ha habido muchos otros casos, el de hoy en el diario deportivo As ha sido el que ha vuelto a disparar mis alarmas internas sobre el posible agrupamiento de las máquinas con el fin de controlar el mundo.

En este caso el error ha sido infográfico, o no. Mi percepción tecnoparanoica me induce a pensar que el programa, sabedor de las pasiones que desata el fútbol en nuestro país, ha buscado desestabilizar a la población generando un clamor popular entre aficionados. 

¿Cómo? Sencillo, eliminando a un defensa del Athletic de Bilbao de la toma fotográfica del primer gol del FC Barcelona en el partido que ambos equipos disputaron ayer. Concretamente, ha borrado al defensor que estaba más alineado con Alves en el momento en que éste inicia el desmarque, en fuera de juego, eso sí. 

De este modo, el fuera de juego, que en principio podía invitar a la duda, resultaba clamoroso hasta decir basta con la 'houdinización' del citado defensor.

El periódico, todavía en manos de humanos, no ha tardado en disculparse, pero a mí el miedo ya se me ha instalado en el cuerpo.

Las máquinas son humanas, las máquinas se equivocan y hoy ha sido un 'defensa fantasma' en un fuera de juego, pero...¿qué pasará mañana si en lugar de eso las máquinas deciden cometer un error infográfico de mayor calibre como una fotografía de Zapatero y Rajoy juntos de la mano por El Retiro o de un millar de tanques chinos en el puerto de Valencia amenazando invadirnos?

Hagamos algo antes de que 'Skynet' pase de generar simples 'errores informáticos' a generar un caos de dimensiones catastróficas en nuestro país, seguramente porque nos considere un objetivo más factible que los EEUU, donde siempre hay un miembro del clan Connor o un Terminator renegado dispuesto a desbaratar sus malévolos planes.

Bueno, o echemos la culpa al becario, que también es muy socorrido.

viernes, 18 de febrero de 2011

Bahrein, cuna de la Tanfkórmula1

El Gran Premio de Fórmula 1 en el circuito de Bahrein pende de un hilo a causa de la inestabilidad política que atraviesa el país, algo que preocupa y mucho a Bernie Ecclestone. Sin embargo, como buen 'tiburón' que es para el mundo de los negocios podría haber detectado, a raíz de esta situación, una fuente de ingresos alternativa también vinculada estrechamente al mundo del motor: el Mundial de Tankórmula-1

La idea sería sencilla aunque queden aristas por pulir como calendarios, sistema de puntuaciones, la reglamentación del armamento (ligero, pesado), sanciones, etcétera y abierta a la participación de los ejércitos de todo país en el que el pueblo se haya movilizado para exigir un cambio de rumbo político hacia la democratización real de sus instituciones gubernamentales.

Cada participante -hasta un máximo de diez- dispondría de dos tanques porque la dinámica de equipos sería la misma que la de la F1, toda una garantía de espectáculo y, tras tomar la salida desde las sedes gubernamentales de cada país, el objetivo sería el de recorrer las calles de las ciudades en las que haya protestas tratando de disolver al mayor número de manifestantes posible al mejor de un número indeterminado de vueltas.

El diseñador oficial de circuitos podría haber solicitado ya los planos de las principales ciudades de Yemen, Libia y Bahrein porque 'no es nada fácil planear escapatorias, ni crear rectas y curvas para unos vehículos de semejantes dimensiones'.

Además, se barajaría la posibilidad de aceptar 'equipos invitados', algo que, al parecer, ha interesado a los EE.UU. que incluso hablan de intentar negociar con regímenes como el de Cuba o Corea del Norte para futuros Grandes Premios, aunque se sospecha que la verdadera intención norteamericana es la de poder entrar, sin levantar sospechas, en suelos prohibidos, cual Caballo de Troya, para tratar de acabar, así, con sus 'enemigos eternos'.

Asimismo, si la idea prosperase no descartan que el Mundial de Tankfórmula1, al que la máquina de merchandasing llamaría ya TNKF-1 de cara a comercializar camisetas, gorras, paraguas, tazas y demás accesorios, pueda exportarse a otros continentes.

De este modo se conjugan todos los elementos: ninguna de las partes pierde dinero, se rentabiliza la actuación militar al tiempo que se aplasta a los insurgentes -aunque sus demandas tengan el apoyo de la comunidad internacional-, se da a los 'aliados' la posibilidad de participar activamente en el devenir político del país y a los medios de comunicación facilidades para su seguimiento.

No, si ya lo decía Freddie Mercury: 'The show must go on', señores, 'The show must go on'.

jueves, 17 de febrero de 2011

OT, de Otitis Trepidante

Operación Triunfo se despide de nuestras pantallas. Me da algo de lástima, lo confieso. Aunque en el plano musical el programa sólo me aportó visitas al 'otorrino' para tratarme de 'oídos sangrantes' a causa del asesinato musical de canciones, en el personal sí satisfizo una inquietud vital que tantas noches en vela me ha hecho pasar desde el día de su presentación: La misteriosa procedencia del nombre de una de sus concursantes, Coraluna.

Afortunadamente, un miembro del jurado, avispado como pocos, arrastraba esa misma inquietud y en una gala no pudo resistirse a preguntar si ese nombre era el resultado de mezclar de forma casi 'quevediana' dos términos: Coral y Luna. No miento si digo que casi se me paró al corazón al oír un razonamiento tan audaz como inteligente, ¡la suma de dos palabras, pues claro!

El enigma estaba resuelto y de paso el de otros objetos cotidianos cuya denominación escapaba a mi entendimiento. ¡Palabras que se formaban a partir de la fusión de palabras! 

Al hilo de este pensamiento, del de cuál será el futuro de Pilar Rubio y mientras veía al agorero de Pedro Piqueras informar que el fin del mundo podía estar desencadenándose incluso en una pequeña localidad albaceteña porque unas cigüeñas habían anidado en unas torres eléctricas tuve, lo que se dice, una visión.

Se trataría de dar una vuelta de tuerca al formato y de buscar a los dieciséis o veinte peores voces de España, con los movimientos más torpes sobre el escenario. Gente que, como yo, la única vez que trataron de imitar en una boda uno de los giros de David Bisbal dieron con sus huesos en el suelo, encima de la abuela de la novia, lo que suscitó una agria polémica (en la que esta vez no intervino Iñaki Gabilondo). 

Historias personales al margen, que ya contaré algún otro día, vía Twitter y con unas copas de más, que es lo que parece que se lleva ahora, el reto sería constructivista y al tiempo un tanto perverso porque bajo la finalidad de instruir a estos 'ceros a la izquierda' residiría el de averiguar hasta qué punto máquinas industriales tan potentes como la productora de programas tipo Operación Triunfo son capaces de convertir en un fenómeno fan al más negado de los negados.

Hasta la fecha hemos visto la punta del iceberg, pero siempre queda la duda...¿podrían lograrlo con alguien con una carencia total de aptitudes?

El programa podría mantener sus siglas de identidad OT, si bien pasaría a llamarse Otitis Trepidante y ya os digo que, de hacerse, en los cástings de Barcelona, a buen seguro que me encontráis en la fila.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Cuando iPhodzilla se convirtió en iPad y en el soporte del futuro

No soy el flamante poseedor de un iPhone, iPad, iPod u otro artilugio 'i' de la familia Apple. Los únicos elementos 'i' que hay en mi vida son 'iPotek' -contrato de semiesclavitud que me liga a un préstamo bancario casi de por vida a cambio de una vivienda en propiedad- e iPan (Haypan en castellano) o lo que es lo mismo, un empleo, que en los tiempos que corren no es moco de pavo.

Tampoco soy especial admirador de Steve Jobs, pero es que tampoco lo soy de otros grandes gurús tecnológicos como puedan ser los 'padres' de Internet o Linux, por ejemplo. Una cuestión de pereza, mea culpa.

Sin embargo, a raíz de lo que he podido ver en el Mobile World Congress, no puedo evitar imaginar al Sr. Jobs, en su casa, desternillándose de la risa, viendo en su iPad las apuestas de futuro que las demás compañías muestran en Barcelona mientras tira de hemeroteca para releer las reacciones que en su día suscitó la presentación de su 'tablet'.

Ahora, con más de 17 millones de iPads repartidos por todo el mundo, tampoco he podido resistir la tentación de imaginar cómo Apple fraguó su creación, algo que según mi hiperexcitada imaginación sucedió, detalle arriba, matiz abajo, de la siguiente manera:

El sol brillaba en lo alto y el azul de un cielo sin nubes hacía presagiar al Sr. 'i' -ese es el nombre en clave de Jobs en Apple y el motivo de que todos los productos que lanzan vengan antecedidos por dicha vocal- que esa misma mañana volverían a revolucionar el panorama informático alumbrando un nuevo 'iNvento'. 

Cuando cruzó las puertas de la sala de reuniones se encontró que el resto de los convocados estaban ya sentados e impacientes por empezar. 'I' los saludó cordialmente, se acomodó en su silla y con un ademán indicó a los ingenieros y técnicos que podían empezar a mostrar sus maravillas.

Nada de lo que veía acababa de convencer al Sr. 'i' y ya en las postrimerías de la reunión tenía claro que de allí la única idea válida era la de coger el iPhone 3GS, hacerlo cuadrado y llamarlo iPhone 4. Después le añadirían unas cuantas funcionalidades más y andando, que es gerundio.

Al finalizar la exposición de líneas de trabajo el sr. 'i' se levantó y mostró un folio en el que había dibujado varios recuadros, a modo de botones de aplicación. ¿Qué es esto? preguntó a los presentes.

Nadie, a excepción de un ingeniero, respondió. 'Un iPhone anabolizado. No, mentira, es iPhodzilla' bromeó. Todos rieron. El Sr. 'i' también. 'iPhodzilla', no era un mal nombre.

Esto, queridos amigos, es el futuro del consumo de contenidos en Internet. Puede parecer un iPhone luchador de sumo, un iPhodzilla, pero esto, amigos míos, es un iPad. Y dicho esto, se levantó de la mesa y abandonó la sala.

Muchos el día de la presentación del iPad se mostraron críticos, escépticos y hasta hicieron mofa de ese nuevo 'gadget'. Los mismos que ahora se afanan a presentar 'tablets' y que en sus blogs cantan las excelencias de estos artilugios para el consumo de contenidos en Internet.

No tengo iPhone, iPad, iPod ni ningún otro 'tablet'. Tampoco canto sus excelencias, pero una cosa está clara, hoy es el día en que el Sr. 'i' puede asegurar que no hay fabricante en el mundo que no disponga de su propio 'iPhodzilla' y que, de nuevo, él y Apple vuelven a estar varios pasos por delante en este loco y efímero camino que es el de la tecnología de consumo.

martes, 15 de febrero de 2011

No estamos tan mal

Puede que los primeros brotes verdes de esta crisis hayan caído en el estómago de las 'vacas gordas' porque una 'vaca flaca' como yo, que se ha hinchado a lamer adoquín de las calles de la ciudad en la que pasta para ver si lograba llevarse a la boca algo de sustrato de esos tallos, ni ve ni huele indicio alguno de recuperación económica 

Puede que Zapatero haya acabado de estudiar esos temas de números y demás pequeñeces propias de la economía de un país que debían llevarle únicamente 'dos tardes' y sus paquetes de medidas se dejen notar a la voz de ya, independientemente de cómo respire el resto del planeta. Al fin y al cabo, 'Spain is different'.

Puede que la adopción de algunas de esas medidas, en especial las más impopulares, hayan acabado de desgastar el poco crédito político que pudiese conservar y facilitado el trabajo de la oposición al ahorrarles el trance y la factura que conllevaría tener que impulsarlas bajo su legislatura cuando en las próximas elecciones resulten elegidos.

Puede que el que es, valga la ironía, el presidente menos popular de los populares, Mariano Rajoy, se revele como el Obama ibérico que este país necesita. No importa si es gracias al cemento con el que ha pegado su culo a la silla de candidato a la Presidencia sabedor de que ser presidente en este país es una cuestión de tiempo, porque es lo que tiene el bipartidismo, si aguantas, al final, aunque no seas el más querido te conviertes en la alternativa menos mala y, por defecto, en la única.

Pero, pese a todo, no estamos tan mal, a raíz de lo que se desprende de la encuesta facilitada por la empresa de trabajo temporal Manpower, en la que asegura que el 77% de los desempleados de este país dedica algo menos de tres horas diarias a tratar de volver a la vida laboral activa, lo que, según el citado estudio, son menos de 20 horas semanales.

Y mientras decimos con la boca pequeña que si los alemanes sí que saben, que si los americanos sí que saben, que si los ingleses sí que saben, que si los franceses sí que saben..., no vaya a ser que se nos ocurra la absurda idea de estudiar si alguno de sus modelos laborales es mejor que el nuestro, porque no lo es.

Así que por el momento mi vecino, estibador en el puerto de Barcelona, ha pedido de regalo a los Reyes Magos que le lleven al mismo laboratorio en el que trataron a Lobezno para que le implanten una columna vertebral de Adamantium y aguantar así hasta los 67 años y, si se terciase, porque nunca se sabe, hasta los 80 años. Porque, como él apunta, 'esta jodienda de la esperanza de vida es como el euro, sube y lo que antes costaba 1 ahora cuesta 3'

lunes, 14 de febrero de 2011

El día que ardió España

El pasado jueves 10 de febrero al personal y los clientes del supermercado en el que habitualmente hago la compra les costó dar crédito a lo visto en la cola de la caja número 6 donde, cual manada de paquidermos en ruta con las trompas sobre los cuartos traseros de su antecesor, una ristra de nada menos que 12 carritos de supermercado, unidos por sus cortas cadenas, aguardaban, rebosantes de productos alimenticios y de higiene personal, su turno.

Confieso que cuando empecé a vaciar el primero de la docena de carros la cajera sudaba, y tenía el rostro tan desencajado por el pánico como yo, como si supiera el motivo de mi aprovisionamiento. La miré a los ojos y traté de tranquilizarla, 'todo pasa, ya verás' le dije. 'Ya, pero la que sufrirá codo de tenista de tanto pasar seré yo, no te jode', fue su respuesta, totalmente inesperada para mí dada la situación de alerta en que parecíamos hallarnos en ese momento.

Una vez en casa y tras varias horas de Tetris para hacer caber en una cocina de 4m2 escasos cerca de una tonelada de comida cerré la puerta con llave, corrí los cerrojos, también bajé las ventanas, las persianas y hasta corrí las cortinas y bajé la tapa del retrete, para hacer de mi domicilio un búnker inexpugnable. Estaba preparado, listo, ya podía ¡Arder España!

Mis dedos temblorosos apenas acertaron a encender el televisor. El terror me paralizaba porque el vaticinio profetizado días antes por la mujer más poderosa del país y no sé si, como dice mi sobrina de todo el mundo mundial, Belén Esteban, podía cumplirse. Algo grave se palpaba en el ambiente y si no alcanzaba el grado de Apocalipsis, con las trompetas del juicio final anunciando el fin de los días, no descartaba una guerra civil o disturbios como los vividos hace unos días en Túnez o Egipto.

¡Va a arder España! Oía una y otra vez en mi interior. Esas palabras retumbaban en mi cabeza y en Telecinco aparecía la Nostradamus, sentada en un sillón, conectada a un polígrafo, dejando los ojos en blanco como si una suerte de trance la invadiera por la magnitud de las revelaciones que estaba a punto de realizar. Noté que mi esfínter titubeaba.

Y entonces sucedió. Aquella mujer empezó a gimotear, que si era la última vez que hablaba de su hija, que si no le importaba que se supiera aquéllo o eso de más allá, que si... y yo, que había pasado tres días temiendo lo peor, me encontré, de repente, en una discusión absurda entre los denominados 'Belenistas' y los 'Jesulistas'. Y si bien en cierta manera algo de enfrentamiento civil tiene, las llamas que debían asolar España se reducían a la rencilla familiar de dos separados. Un especie de Kramer contra Kramer castizo.

Me sentí tan aliviado como furioso. ¿Ese era el motivo por el cual iba a arder España? Porque de ser así hace años que en este país no tendría que quedar piedra sobre piedra. Mi cuñada mismo habría encendido esa antorcha, pero desde el anonimato eso sí.

Hoy me he sentado frente al ordenador y mientras escribía estas líneas pensaba en que debe existir una tercera facción, esa a la que denomino 'hastaloshuevistas'. La que está harta de las otras dos y a la que quiero unirme como militante activo para evitar que España vuelva a arder de nuevo, si es que en algún momento llegó a hacerlo.

viernes, 11 de febrero de 2011

Las atribuladas peripecias de la banda de Agustín González

 Hoy os dejo el inicio de una de las dos novelas que escribí en mis años mozos y que nunca envié a editorial alguna. Son pecados de juventud, pero es que hoy me siento nostálgico.

- Esta vez va en serio, lo sé- sollozó Marcus cabizbajo-. Se ha largado para siempre y no va a volver. Estoy completamente seguro.

Tomás alzó la vista. La cara de su amigo era un poema y aunque se moría de curiosidad por averiguar la causa de tanta aflicción, se limitó a seguir desayunando, a la espera de que fuera el propio Marcus quien decidiera explicárselo. La reacción a su simulado desinterés no se hizo esperar demasiado. Su abatido visitante, viendo que sus lamentaciones no obraban el efecto deseado, metió la mano en un bolsillo del pantalón, sacó una pelota de papel y la dejó sobre la mesa de la cocina en la que Tomás desayunaba plácidamente.

- ¿Qué es eso?- preguntó Tomás, señalando con el índice de su mano el arrugado papel que Marcus acababa de tirar sobre su mesa.

- Una nota- suspiró, alicaído, Marcus-. La fatal, la catastrófica, la apocalíptica nota en la que me comunica su firme e irrevocable decisión de abandonarme.

Para aumentar aún más la teatral atmósfera que había logrado con sus solemnes y derrotistas frases, el recién abandonado se frotó los enrojecidos ojos y sorbió los mocos, dando a entender que hacía un titánico esfuerzo por no llorar.

- Estoy destrozado, hundido, machacado, acabado, hecho polvo, añicos, cisco, para el arrastre. Francamente, estoy hecho una braga, una mierda, una piltrafa, un...

Tomás dejó sobre la mesa el tazón de leche que tenía entre las manos, cogió la nota y la desplegó mientras su compungido colega continuaba con aquella interminable retahíla de calificativos para describir su estado de ánimo. Una batería que sólo interrumpía, por la imposibilidad que le suponía tratar de hablar y masticar al mismo tiempo, para engullir, nerviosamente, las magdalenas que su sufrido anfitrión había sacado para acompañar la leche. El importunado confesor terminó de leer la nota que tantos quebraderos de cabeza parecía estar provocando a su amigo y la dejó de nuevo sobre la mesa. 
 
- ¿No crees que exageras un pelín?

- ¿Quién, yo?- inquirió Marcus irritado, sin poder evitar que un enjambre de migas saliera despedido de su boca y aterrizara en la cara y la camisa del pijama de Tomás.

- ¡Sí, tú, y haz el favor de no hablar cuando tengas la boca llena!. ¡Mira cómo me has puesto, joder!- le reprochó mientras se limpiaba el rostro con una servilleta.

El semblante de Marcus se ensombreció.

- Lo que pasa es que no entiendes la suma gravedad de esta situación. No te das cuenta, eso es todo. Si tuvieses un mínimo de sensibilidad...

Tomás suspiró con la resignación de quien, adivinando tormenta, no puede hacer nada por evitar mojarse y, en consecuencia, se dispuso a capear con estoica paciencia el chaparrón que se le avecinaba. Marcus, algo propenso al melodrama, estaba a punto de iniciar una de sus consabidas, aburridas y esperpénticas peroratas acerca de la sensibilidad, la vida y los sentimientos. Y como de costumbre, iba a ser él quien sufriera en carnes y oídos aquel rollo macabeo.

Ya empezamos como cada día, pensó, Siempre la misma cantinela. ¿Es que no sabe hablar de otra cosa?.

Marcus no sólo parecía desconocer otro tema de conversación sino que había puesto la directa y, cogiendo otra magdalena, empezó a escupir como un poseso migas y palabras sobre el trago que estaba atravesando y el poco tacto con que Tomás se tomaba el asunto. 

Tomás meneó la cabeza. De haber sido cualquier otro quien le hubiese acusado de carecer de sensibilidad se hubiese molestado, pero Marcus era así y sus amigos sabían que no se podía hacer nada al respecto. Salvo aguantarle, claro.

Con el tiempo, la predisposición de Marcus a sacar de madre cualquier situación se convirtió en una constante en su vida y en la de quienes le conocían, que empezaban a acostumbrarse a ejercer de improvisados sicólogos, de paño de lágrimas para sus inacabables confesiones emocionales. La hipersensibilidad de Marcus (aunque él prefiriese definirla como “un corazón altamente receptivo a los estímulos del exterior”) formaba parte de sus rutinas diarias.

Qué cabía esperar de alguien que atesoraba en su casa cientos de manuales de autoayuda con los que aprender a ser feliz, encontrarse a uno mismo o a convergir las energías espirituales de uno mismo y del Universo. O que lloraba después de cascar un huevo para hacerse una tortilla por ser autor material de pollicidio y atormentarte después durante hora y media con la explicación de la congoja que atenazaba su pecho tras perpetrar tan execrable crimen. 

Marcus era un hombre en cuya vida no había medias tintas ni tampoco tintas claras, ni grises  y mucho menos blancas. Sus retinas sólo captaban el más oscuro de los negros.

jueves, 10 de febrero de 2011

Nosotros no somos ese perfil Online

Inicio mi andadura 'blogera' con la frase de inicio por excelencia de las películas de sobremesa de los domingos de cualquier cadena de televisión: 'Basado en hechos reales' para cuestionarme hasta qué punto nos estamos convirtiendo en esclavos de las redes sociales, tanto personal como laboralmente. 

Hace algunos días visité a uno de mis exjefes y ni lo hice garrote en mano, ni con el rostro cubierto, ni con un listado de improperios que rimar en su despacho cual rapsoda urbano. Principalmente porque nos llevamos bien, despidos aparte, y porque no es de recibo presentarse de esa guisa para tratar la posible contratación de algunos servicios empresariales. O por lo menos así sucede en los círculos en los que se mueve mi actual empresa.

Tras muchos años al timón de la edición en papel de una pequeña revista enrocado en que 'el Internet no es más que otra de esas modas pasajeras propias de la juventud que en unos meses caerá en el olvido' me explica que en 2010 se dejó convencer para formar parte de esa 'tontuna juvenil', dio a luz a la versión digital de su publicación y que, transcurrido un año, desea emprender acciones para crecer y consolidarse.

Sin haber entrado en harina, a modo de apunte, sugerí, entre otras cosas, aprovechar las redes sociales como canal de difusión, lo que motivó la siguiente respuesta: 'nosotros no somos de esa clase de publicaciones, no veo qué pintamos en Facebook y en kwicker, Muiter o cómo coño quiera que se diga la otra que me has dicho'.

Entonces me explica que su 'target' es reducido; primero por el ámbito territorial, circunscrito a Catalunya, y después porque su tipo de lector son profesionales de sectores que no dejan lugar a ser ocioso, que no pasan horas con la nariz pegada frente a la pantalla de un ordenador ejerciendo de lo que él denomina 'porteras de la era digital', que no serán más de 40.000 personas en total.

'Probablemente un alto porcentaje de esas personas estén presentes en las redes sociales' le respondí mientras me remitía al director de Márketing, que dicho sea de paso es un buen amigo al que tengo agregado en Facebook, porque es su mano derecha y su opinión prácticamente se escribe en piedra.

Afortunadamente para mis intereses su punto de vista se orienta al negocio, que en su caso pasa por lograr el mayor número de usuarios únicos y generar el mayor volumen de tráfico posible de cara a colocar espacios publicitarios. Conviene que en Internet si no eres visible no existes, que debes generar movimiento, hacer ruido y que las redes sociales son unos escaparates que, por su efecto exponencial de captación, ofrecen una oportunidad a tener en cuenta por lo menos.

Al salir, con una declaración de intenciones de mi amigo 'Facebookiano' de estudiar la implementación de algunas de estas ideas, me asalta la duda de hasta qué punto estamos atados a este modo de interactuación personal globalizado tan propicio para mantener engrasados los engranajes de las sociedades de consumo. 

A nivel empresarial está claro, nos encontramos ante uno de los mercados con un ingente número de clientes potenciales que no dudan en compartir en sus perfiles millones sobre sus gustos, aficiones... Resumiendo, prospección de mercado, clientes y canal de captación en un mismo espacio. Casi nada.

Y a nivel personal...esas conclusiones mejor me las reservo para tuitearlas.