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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Tengo claustrofobia y no subo a ese furgón, prefiero esa ambulancia, es menos 'policial'

El juicio de la trama Gürtel me ha dejado hoy como suele decirse en mi tierra 'de pasta de boniato', es decir anonadado. Podría decir que el motivo es la salida a la luz de algún nuevo dato escandaloso pero mentiría. Mi perplejidad es mucho más mundana. Francisco Correa, el principal imputado, ha sido trasladado a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en una ambulancia de Instituciones Penitenciarias. Hasta aquí no hay nada demasiado fuera de lo común para justificar mi grado de estupefacción. Resulta incluso trivial. No creo que sea ni el primer ni el último procesado que sea llevado a declarar en ambulancia. Pero es que la causa alegada...

No es algo nuevo que los encausados en procesos judiciales enfermen cuando han de contestar ante un Magistrado por los delitos que presuntamente se les arrojan cometidos. Algunos hasta ven 'la luz' al final del túnel, aunque no especifiquen si es aquella tras la que se esconde el misterio de la vida y abre las puertas del Más Allá o si es la de la habitación de las triquiñuelas para dilatar y entorpecer en todo lo posible la acción de la Justicia.

Todavía tengo vívido en la retina el recuerdo, por ejemplo, de Augusto Pinochet con el culo y un pie pegados a aquella silla de ruedas mientras el más frío de todos los podólogos, la muerte, limaba las asperezas y duricias del otro. Un estado de salud tan delicado imposibilitó su posible extradición a España desde Inglaterra, por miedo a que se fuese en el camino.

Y se fue, pero a Chile, donde al llegar al aeropuerto dejó también 'de pasta de boniato' a la misma muerte, agradeciéndole aquella fantástica pedicura.

Pero el caso que me ocupa es diferente. Francisco Correa no ha eludido personarse en los juzgados, simplemente ha cambiado el medio de transporte porque, según recogía en una noticia el periódico ElPaís, padece claustrofobia y le resulta imposible sentarse en la parte trasera del furgón policial que es habitual en estos casos.

Lo curioso del asunto es que lo constata un informe médico. Desconozco si se trata de una variante de claustrofobia, una que el 'terror a los espacios cerrados' es básicamente para esos motorizados, de color azul por lo general, con algún distintivo policial en sus laterales pero que no afecta a vehículos similares, como ambulancias, camionetas, coches...

He pensado que quizás sea una 'claustrofobia de imagen', un miedo irracional a las 'imágenes cerradas', esas que te encorsetan a los ojos de los demás e influyen sobre la opinión pública, aunque sea de un modo subjetivo. Porque quizás Francisco Correa tenga 'claustrofobia' a bajar de un furgón policial ya que 'culpabiliza' más que hacerlo de una ambulancia. Y como la imagen que uno proyecta ante los demás es importante, cualquier detalle cuenta, por pequeño que sea.

El apunte puede parecer ridículo, pero a mí me ha servido para reflexionar un instante. Si de verdad fuese así, si alguien alegara claustrofobia para evitar su traslado a los juzgados en un furgón policial sólo por el hecho de creer que así transmitirá un imagen de ser 'más inocente' o 'menos culpable', entonces el mundo en el que vivimos tiene un serio problema de 'apariencias'. Más grave de lo que yo pensaba en un principio.

Y eso es algo difícil para alguien que está convencido que en la mayoría de los casos en nuestro día a día nos tropezamos con mucha 'fachada' para poco 'edificio' y que cada 19 minutos y sin poder evitarlo distrae su mente con un pensamiento sexual. Es lo que tiene ser hombre según concluyen unos concienzudos y estudiosos científicos de Ohio.  

martes, 29 de noviembre de 2011

Sr Estado: No puedo pagar impuestos porque mi perro se los ha comido...otra vez

Leo con asombro que más del 84% de los españoles considera que en nuestro país existe un elevado fraude fiscal, que somos especialistas en subterfugios, verdaderos doctores cum laude en materia de 'excusología' a la hora de buscar el modo de tributar poco o nada. Pero mi asombro no recae en el porcentaje de personas que creen que en España los perros están hartos de la dieta del pretexto, es decir, de comer deberes, de degustar informes trimestrales que su amo debía presentar a su jefe o de engullir, otra vez, el dinero ahorrado en un tarro de galletas para pagar impuestos. Mi estupefacción recae en que exista un 16% que crea lo contrario, más si cabe cuando entre ellos me incluyo yo.

Si algo hay para 'ilustrar' a este reducido grupo, que en los tiempos que corren podríamos decir que padecen del 'síndrome de Rosseau' (que no es otro que vivir creyendo la premisa 'el hombre es bueno por naturaleza') que la bondad natural esta corrompida por el dinero, eso, son ejemplos.

Es una reacción innata desde que decidimos erguirnos sobre nuestras patas traseras, de convertirnos en 'humanos'. Desde ese instante, supimos ocupar una de nuestras manos en la recolección de frutos y bayas para alimentarnos y la otra con una gruesa rama para atizar en la mollera a cualquier otro individuo que se nos acercase demasiado. En pocas palabras, el hombre aprendió a defender lo que creía suyo. Y el más fuerte, además, a 'administrar' lo de los más débiles bajo amenaza de abrirles la cabeza de un trancazo si decidían oponerse. Habían nacido los banqueros. No, es broma (pensándolo más detenidamente quizás no tanto).

La situación no ha cambiado mucho desde entonces, salvo que en lugar de frutos y bayas nuestro objeto de 'protección' es el dinero; los billetes y las monedas que, por otra parte, no nos pertenecen, pues son propiedad del Estado. Por eso entiendo la reticencia a buscar fórmulas para pagar lo menos posible, porque el dinero de uno donde mejor está es en el bolsillo.

Sin embargo, nuestra conciencia social, que viene a ser el 'Pepito Grillo' del bien común, nos dice al oído que algo debemos pagar porque de esa recaudación depende la financiación de muchas de las infraestructuras, servicios y prestaciones sociales que disfrutamos. Y pagamos.

Por eso y porque sobre las cabezas de los poco duchos en estos temas siempre planea el fantasma de la 'inspección', que es igual o peor que los de Dickens en 'Cuento de Navidad', pues vienen de golpe el de las 'Inspecciones pasadas', solicitándote todo lo referente a tus compromisos tributarios de los cinco últimos años (algo impensable para alguien que como yo es incapaz de saber dónde está la factura del teléfono móvil de hace tres meses), presentes, con idéntica reclamación pero del ejercicio en curso y futuras, que en forma de 'multazo' negocia el modo de fraccionar su pago en los próximos lustros.

El problema está en los 'Ebenezer scrooge' que sí saben cómo evitar a estos fantasmas. Porque suele darse la coincidencia que son los que más tienen y eso les permite disponer de 'cabezas pensantes' especializadas en buscar esos pequeños resquicios legales que permitan a sus jefes ahorrarse unos millones de céntimos, que sumados representan unos cuantos millones de euros.

Y por supuesto, en los que directamente, incurren en toda clase de artimañas ilegales ya sea en su propio beneficio como en el de las empresas de las cuales están al frente. ¿Cuántos días se despierta uno con el titular 'destapada una trama para evitar el pago a Hacienda'?

Llegados a este punto leo también con sorpresa el 'avance tecnológico' que ha desarrollado un grupo de investigadores norteamericanos, cómo no, para dilucidar el grado de cirugía de Photoshop al que ha sido sometida una fotografía. Me resulta fascinante. Para mí es algo más próximo a la brujería o la magia que a la ciencia. Pero lo cierto es que con un método matemático se puede averiguar cuán ha sido retocada una fotografía e incluso mostrar cómo sería la original.

Sin dejar de pensar en 'el milagro de las arrugas y los pliegues' que este ingenio puede obrar en los rostros de muchas de las 'celebrities' que aparecen en portadas de revista y en pósters publicitarios, en carteles de propaganda electoral con políticos más milenarios que el 'Halcón' de Han Solo, etc... me asalta una duda...podrían aplicar ese mismo 'concepto matemático' a detectar el fraude fiscal.

Ya veo a las Instituciones aplicando el programa a, por ejemplo, declaraciones de Hacienda, IVA o IRPF.

'Esta declaración ha sido 'Photoshopeada' en un total de quince ocasiones para lograr evitar el pago de x cantidad. El verdadero aspecto de la declaración es el siguiente...'  

lunes, 28 de noviembre de 2011

No podré ser un 'anciano' feliz porque no se me levantará por culpa de la sopa de bote

Uno de los muchos estudios que suelen realizar y publicar los equipos científicos de los muchos y variopintos departamentos que pueden encontrarse en cualquier universidad norteamericana, esos que justifican unas nóminas a final de mes y que a ojos de los 'científicamente analfabetos' como yo no dejan de ser pérdidas de tiempo, recursos y dinero, me ha brindado la excusa ideal para redactar una 'póliza de seguro de felicidad' para pareja y amantes que dispone la necesidad de mantener relaciones sexuales una vez llegados a la denominada 'tercera edad', de la que desconozco cuándo uno formaliza su ingreso oficial, todo sea dicho de paso.

Y es que, ojo al dato, después de invertir un buen puñado de dólares en un estudio, un grupo de investigadores ha concluido que en materia de relaciones sexuales, la frecuencia incide directamente sobre la felicidad marital de los 'ancianos'. Así es. A mayor frecuencia, más satisfechos están con su matrimonio.

Después de esta revelación, confieso que veo con otros ojos a esos 'ancianos' que de manera injusta y más que gratuita llamamos 'viejos verdes' porque en un vagón de metro concurrido, con disimulo, hayan acercado más de la cuenta ese 'bastón que se sujeta con las manos pero que ni apoya en el suelo ni sirve de ayuda para caminar' a las nalgas prietas del tejano de un ser humano. Ahora está claro, no son depravados, son 'incomprendidos en el amor', víctimas de una 'disfunción' de felicidad marital.

Y que entiendo los movimientos de sábanas que puedan sucederse en residencias de ancianos y geriátricos más allá de las obligadas por cuestiones higiénicas. Porque, aunque el estudio vincule la frecuencia de la actividad sexual a la felicidad en el matrimonio, uno ve igual de válidas esas conclusiones para otro tipo de 'parejas' como puedan ser 'novios' o 'amigos con derecho a roce'.

Más aún si tienes en cuenta algunos de los datos del estudio, como que las mujeres disfrutaban más del sexo una vez llegada la menopausia, que sus orgasmos habían mejorado al cumplir los 40 o que los hombres tenían una mejor vida sexual a los 50 que a los 30. Eso sin contar sus beneficios para la salud, pues además de mantenerte en forma reduce el dolor de cabeza y los síntomas relativos a la artritis crónica, entre otras cosas.

Es cuestión de tiempo que este estudio llegue a manos del futuro Ministro de Sanidad, porque en él tiene la solución a parte de la reforma sanitaria. Instaurar el sexo como 'prescripción médica'. Se acabaron las pastillas. Cuando un 'ancian@' pase por la consulta de su médico de cabecera para ser visitado de alguna dolencia, éste le recetará 'tres polvos' al mes, a ser posible con su pareja. El ahorro en medicamentos promete ser importante.

Yo, por mi parte, espero llegar a esa 'tercera edad' en buenas condiciones, aunque mucho me temo que no será así y que deberé culpar de mis males a las sopas y a las albóndigas de bote. Por lo visto, otro estudio ha revelado que algunos productos envasados pueden provocar disfunción eréctil.

La culpa de todo la tiene un componente químico, el Bisfenol A, que se emplea en la fabricación de envases de alimentos y que desde hace ya algunos años está en el punto de mira de expertos en materia de salud. Tanto que ha sido prohibido en la fabricación de biberones para lactantes, donde también se empleaba.

Nos hallamos pues, a las puertas de una nueva generación, la 'generación Viagra', esa que necesitará de ayuda para erectar y que en sus visitas al médico dirá:

'doctor, no se me levanta por culpa de los canelones con bechamel'

Y el doctor, asintiendo, dirá:

'¡Qué me va usted a contar, a mí me pasa lo mismo con la cebolla de lata!'

Otra opción es esperar a los siguientes estudios, los que nieguen todo lo recogido en los presentes. Porque si de algo estoy seguro, además de que el sexo es bueno a los 20, a los 30, a los 40, a los 50, a los 60, a los 70..., es que vivimos en la sociedad tanto del alarmismo como de la 'refutación', donde para cada estudio alertando de los riesgos de padecer algún tipo de enfermedad a causa de un producto hay otros dos proclamando sus excelencias, o por lo menos poniendo en tela de juicio su posibilidad de demostrar una causalidad.

Quizás eso nos dé algo de paz.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Papá Noel puede hacerse de oro con una compañía aérea navideña

Hoy he escrito mis dos primeras cartas con carácter marcadamente navideño. La proximidad de las fiestas me ha impulsado a ello porque deseo que esa imagen del hijo que vuelve a casa por Navidad que tantas veces he visto por televisión en un anuncio de turrones siga siendo así. No tengo ganas de que en 'mi anuncio navideño' la madre fallezca de un reventón al cenarse, sola, un pavo de siete kilos acompañado con una olla de sopa y de postre una montaña de piña natural, además de aperitivos varios y litros y litros de refrescos, vino y cava, mientras sus familiares subsisten tirados en la terminal de un aeropuerto, con un bocadillo reblandecido cuyo embutido es difícil de describir aunque en la etiqueta asegure tratarse de salami. Porque eso es lo que temo pueda llegar a suceder de acuerdo con lo extraído de las últimas negociaciones entre la compañía aérea Iberia y el SEPLA, el sindicato de pilotos.

No es la primera vez que sucede. En los últimos años el sector aeronáutico, por un motivo u otro, parece vivir volcado en promulgar los valores de la Navidad entre los usuarios: fraternidad, paz, amor, solidaridad... y para ello 'inventa' pretextos absurdos como controladores en pie de guerra, compañías aéreas que echan el cierre con los que poder dejar en tierra a cientos de personas, en una clara invitación a redescubrir y compartir el espíritu de estas fiestas tan señaladas.

Este año 'la excusa' para congregar a personas y familias en las terminales de los aeropuertos con el único fin de hacerles partícipes de la 'magia navideña' podría ser una huelga de pilotos, dado que las negociaciones del convenio continúan encalladas, en punto muerto. De hecho, me inclino a pensar que hace tiempo que 'el punto' ha sido incinerado y sus cenizas esparcidas por alguna de las pistas de aterrizaje de Barajas.

La huelga, la habrá, sí o sí, eso es algo que el SEPLA ha dejado claro. Ahora queda decidir cuándo, pero teniendo en cuenta acciones anteriores, es probable que estas navidades por las puertas de embarque de algunos aeropuertos españoles se oigan 'villancicos' tan clásicos en estos últimos años como 'Esto es una vergüenza', 'Vuelan menos que las palomas de las grandes ciudades' o 'quiero el libro de reclamaciones, ¡ya!'.

Aeropuertos afortunados, esos. Otros en cambio, celebrarán las navidades solos, sin pasajeros. Con suerte, habrá algún controlador en la torre, no vaya a ser que en otro de los que sí tienen tráfico, unas obras inoportunas dejen algunas pistas de aterrizaje sin alumbrado.

Yo, como ya he dicho, he escrito dos cartas. La primera dirigida a mi madre, rogándole que, en caso de no hacer acto de presencia el día de Nochebuena, desista del intento de acabar con la comida que haya preparado y que contemple la posibilidad de guardarla en 'tuppers' hasta después de navidades, momento en que, con toda probabilidad, subiremos a bordo de un avión de nombre 'Rudolph'.

La segunda, es para Papá Noel. Le he preguntado si él también se acogería a una huelga, caso de haberla, porque al fin y al cabo es piloto, aunque pilote un trineo tirado por renos voladores, y a lo mejor afiliado al SEPLA. Si no es así, le pido como regalo que me suba en su trineo y me lleve a casa de mi madre.

Si es listo además de repartir regalos y felicidad, montará diversos trineos, uno tirado por cada reno, y abrirá la compañía aérea Air Noel. Si hay huelga de pilotos y si cae en Navidad, seguro que gana una fortuna.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Cerdos, setas tóxicas, hipotecas y oráculos: de cabeza al abismo

Si esto fuese la antigua Grecia los oráculos o asesores externos, como les gusta que se les denomine, ya habrían advertido a los gobernantes del futuro incierto del país. La interpretación de los augurios no dejan lugar a dudas. La muerte de un hombre por intoxicación a causa de la ingesta de una seta venenosa que prolifera en zonas verdes y parterres de Barcelona, la 'ofrenda' al vulgo de un cerdo en mitad de La Ronda o el desplome en el número de constitución de hipotecas el pasado mes, son signos inequívocos; España va directa al abismo.

La primera señal, la seta tóxica, sería para los oráculos una clara alusión a la situación económica que atraviesa el país, la misma que ha disparado la tasa de paro a cotas impensables e intolerables para una 'supuesta' potencia económica de la 'zona euro' y que tiene entre la espada y la pared a un gran número de familias.

Crece y se multiplica con la misma rapidez con la que lo hacían en años anteriores la vivienda, los créditos hipotecarios, los préstamos personales... su accesibilidad es total y lo mejor de todo es que no importa cuántas necesites porque, ya que estás, si quieres dos, mejor llévate cuatro. El único pero es que son venenosas, mortales y una vez ingeridas el único modo de salvar el cuello es devolverlas sí o sí. Igual que el endeudamiento familiar.

Yo, que no creo en oráculos, soy de los de la opinión que si uno no es micólogo, ni un 'cazador de setas' experto, desconfíe de cualquier hongo que crezca en zonas verdes públicas como parterres o parques, porque, seguramente, no serán aptas para el consumo humano. Y en materia de economía, tres cuartos de lo mismo.

La segunda señal, el cerdo en mitad de la carretera, sería para los oráculos que el pueblo demanda a sus gobernantes soluciones prácticas y sobre todo completas. Porque un cerdo es un bien tangible que se puede 'comer' y del que se aprovecha hasta el último centímetro.

Yo, que no creo en oráculos, soy de la opinión o que el transportista debe revisar mejor su camión a la hora de asegurar la carga o que nos encontramos ante el primer cerdo indignado, un marrano que, harto del triste final que les aguarda a él y sus congéneres, se ha decidido a 'saltar a la calle' para hacer oír sus derechos.

La tercera señal, el desplome de la concesión de hipotecas, sería para los oráculos, un indicio más que irrefutable de que el crédito en España sigue retenido y no fluye. Además de apuntar a que la crisis del sector inmobiliario sigue latente a pesar de los múltiples intentos de reajuste del mercado.

Yo, que no creo en oráculos, soy de la opinión que no hace falta ser un oráculo ni un asesor externo para llegar a esa conclusión. ¿Quién se sorprende de la caída de la concesión de hipotecas en el mes de octubre?

Si los bancos no están por la labor de dar crédito a no ser que sea para adquirir una de las muchas viviendas que tienen en 'stock' sin salida aparente, las mismas que hace unos años alegremente financiaban porque venderlas resultaba tan sencillo como vender rosquillas a Homer Simpson y ahora son tan pesadas como el mismo ladrillo del que están hechas. Si la tasa de paro está por encima del 20% y algunos analistas se aventuran a decir que podría llegar al 27% en 2012. Si los sueldos han perdido poder adquisitivo porque o han sido rebajados, o congelados mientras el coste de la vida ha seguido su curso habitual, encareciéndose. Si...

Yo, que no creo en oráculos, digo ¡joder, si lo raro es que hayan formalizado alguna!

Pero no todo está perdido. Los oráculos, o asesores externos, dirían a sus gobernantes que los augurios son augurios y como tales se pueden cambiar. Lo que no dirían, o se callarían, por respeto, es hasta qué punto sus gobernantes generan suficiente confianza como para hacer creer que ese cambio es posible.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mas, Barcelona y el 'estilo de vida del peregrino urbano' como transporte

No me extrañaría nada que, en breve, por las calles de la ciudad de Barcelona, empiecen a brotar tiendas dedicadas a la venta de artículos para el 'perfecto peregrino urbanita', con sandalias de esparto, cayados y sombreros con una botella de agua de 50cl en vez de una concha y una capa larga que se convierte en mochila cuando uno llega a su destino. Es un negocio en ciernes, después de oír algunas de las medidas con las que Artur Mas pretende que los catalanes se aprieten aún más el cinturón en 2012 y que comprenden, entre otras acciones, una subida de tarifa del transporte público, un incremento en el impuesto de la gasolina y en el canon del agua.

El anuncio de unas medidas a la vista impopulares -a nadie le gusta que le digan que le van a subir todo menos el sueldo, y menos con la que está cayendo - se ha hecho dos días después del paso por las urnas, donde CiU cosechó unos buenos resultados. Si fuésemos malpensados nos asaltaría la sospecha de si han aguardado hasta pasadas las elecciones generales por un 'mira que si lo decimos antes y los cabreamos más aún estos tarugos serán capaces hasta de no votarnos'.

Pero como no lo somos, porque no lo somos, nos inclinamos a creer que éste ha sido el momento que Artur Mas ha encontrado el tiempo y la pausa necesaria que no brinda el trajín de una campaña electoral para anticiparse a la llegada del 'tío Paco -o Mariano en este caso- con las rebajas'.

La subida de precio de la tarifa del transporte público no es algo que nos sorprenda. Sinceramente, dudo que exista alguien sobre la faz de la tierra que no contemple que a principios de año el billete de metro, autobús y tranvía se incrementarán en 5 ó 6 céntimos. Hasta los habitantes de Tuvalu se lanzan el 31 de diciembre a hacer acopio de abonos de transporte integrados del área metropolitana de Barcelona.

Así pues, como la certeza del incremento de precio del billete de transporte se ha convertido en una Ley, como la de Newton, algo así como: 'a cada 1 de enero la subida experimentada es de 5 ó 6 céntimos de euro' sólo nos queda albergar una inquietud: si para 2012 en lugar de un agujero del cinturón optan por apretar dos o tres. En ese caso, ¿serán suficientes 5 ó 6 céntimos?

Sin embargo, es otro de los aspectos en materia de transporte el que más me inquieta, en concreto, se trata el referente al impuesto de hidrocarburos, porque La Generalitat ya ha informado de su intención de subirlo. Hasta ahí, bien, dentro de lo que cabe. El problema, o al menos en mi caso, es cuando se intenta puntualizar que ese incremento 'no repercutirá en el consumidor'. Porque es igual que el lobo con caperucita, nos dan pistas, nos insinúan 'que si los ojos son para vernos mejor, que si las orejas son para oírnos mejor, que si el impuesto de hidrocarburos no incidirá en el precio al consumo...' hasta que ¡zas! nos clavan el mordisco.

Hoy no entraré a valorar la futura subida del canon del agua, que ya experimentó el pasado mes de octubre un incremento del 8%, pero un nuevo ajuste del orden del 10% puede llegar a llenar de orgullo a Darwin al ver en nosotros el más claro ejemplo de su teoría de las especies. Porque en su infinita sabiduría la naturaleza dotará a nuestras futuras generaciones con una o dos gibas.

Como tampoco lo haré con la tasa de matriculación universitaria, que también se encareció en el presente curso ni con la idea del 'ticket moderador', eufemismo muy sutil del término copago. Eso lo dejo para otro 'post'.

Por lo pronto, he empezado a encargar cientos de sandalias porque el 'urban pilgrim way of life' o 'estilo de vida del peregrino urbano' está al caer.

Eso sí, desde la Generalitat de Catalunya, nos podrán decir que hemos de sentirnos afortunados, que Barcelona es una metrópoli compacta, reducida, que puede recorrerse a pie a cambio de unos pocos sabañones y un puñado de rozaduras. Siempre nos podrán decir que hemos de dar gracias por no tener una ciudad de de las dimensiones de Nueva York o Pekín, por ejemplo. Y que si nos quejamos, es por gusto, que andar es muy sano.

Algunos hasta lo practican, cuando no tienen que ir en helicóptero a los sitios, claro.

martes, 22 de noviembre de 2011

Ordenador, ordenador, ¿qué gesto es ese de mi trabajador?


Hoy he dedicado las primeras horas de la mañana a 'customizar' la pantalla del ordenador de mi puesto de trabajo y lo he hecho adornándola con un sombrero de ala ancha y fieltro gris y una vieja y descolorida gabardina marrón, estilo Philip Marlow. Para acabar, he abierto el 'Notepad' y lo he dejado en un rincón de la pantalla. Y es que en días como hoy y con noticias como la protagonizada por Microsoft, me asalta cada vez más la sensación de no estar frente a una herramienta de trabajo sino ante un espía al servicio de los intereses personales y comerciales de uno, dos o más 'Grandes Hermanos'.

Antes, pero, el cerebro tiene estas cosas, me he descubierto pensando en porqué empleamos tantos anglicanismos como 'customizar', por ejemplo. Y me he sorprendido preguntándome en voz alta, ¿qué hay de malo en la palabra personalizar? Una pregunta que ha despertado algunas miradas de extrañeza a la vez que una respuesta escueta de uno de mis compañeros, 'nada, supongo', me ha dicho. He asentido. Habrá quien sostenga que simplemente es menos 'cool', otro anglicanismo a su vez mucho mejor que 'guay'. Y será ese sujeto que para demostrar sus conocimientos informáticos asegurará haber abierto el 'Notepad' en lugar del 'Bloc de Notas'.

Y sin quererlo me he visto llegando a la conclusión de que, si bien puede resultar tolerable el uso de estos términos de vez en cuando, incluso hasta recomendable en ciertas ocasiones, lo cierto es que cada vez más tengo la sensación de leer en 'spanglish' para principiantes, nivel 0. Y no es para nada 'fashion'.

Una vez recuperado el hilo conductor de mi zozobra actual, los ordenadores 'chivatos', no he podido pensar en que la idea de Microsoft supone una vuelta de tuerca más al control del trabajador y un paso más hacia una sociedad laboral 'orwelliana' con el omnipresente 'Gran Hermano' vigilando cada uno de nuestros movimientos.

Hasta ahora era habitual que algunas empresas monitorizasen la actividad de sus empleados a través de programas capaces de medir el uso de los ordenadores en horas de trabajo; para averiguar si esos 'correos electrónicos urgentes' que has de enviar llevan como asunto 'Hoy nos emborrachamos hasta desmayarnos' y como remitentes a 'papipapito@hotmail.com' o 'quepedokvoy@yahoo.com', o si tus búsquedas por Internet para profundizar en estudios de mercados mueren en el 'estudio' anatómico de 'muchaschicas.com', en el de la dureza de los tejidos de las prendas de algún 'outlet' o en el de la posibilidad de contar las bombillas que alumbran la Torre Eiffel el próximo fin de semana gracias a los precios de 'viajestirados.es'.

Unos programas que dejan sobre la mesa del despacho de tu jefe un informe donde detalla el tiempo efectivo de trabajo frente al ordenador de cada uno de sus empleados, el mismo que mientras él se acaba de enterar que 'Gatitasexy' vuelve a estar en línea en el Chat para mayores de 35 de Terra en el que lleva rato haciendo amistades, le sugiere que le pregunte a Pérez, de contabilidad, qué tal se 'chatea' en el de 'MisChats', concretamente en el de 'solter@s madur@s'.

Sin embargo, Microsoft, piensa en ir un paso más allá. La tecnología Kinect, la misma que emplea su consola Xbox para reconocer los movimientos de los jugadores en sus videojuegos sin mandos, le ha abierto las puertas a una nueva dimensión: el control gestual.

Si prospera, Microsoft podría integrar en sus equipos un sistema que reconocería los gestos y la gesticulación de los empleados y advertiría a sus superiores cuando interpretase conductas extrañas o inapropiadas, a la vez que se lo notificaría al propio interesado mediante un mensaje.

'Sr. Giménez, deje de sacarse los mocos y de pegarlos debajo de la mesa. Esa producción no es para nada eficiente en su puesto de trabajo. Cada día pierde de 10 a 15 minutos en la fabricación y posterior plantado de su cultivo de pelotillas. En un futuro le agradeceríamos que empleara ese tiempo a buscar ideas con las que optimizar la gestión de entrada y salida de paquetería de su departamento. Gracias. La Dirección'.

Así que id con cuidado, porque si las empresas ya monitorizan nuestra actividad en Internet en horas de trabajo, si Microsoft, Google y otros gigantes ya lo hacen tanto en el trabajo como en casa, qué no podrán hacer si esta tecnología acaba implantándose.

Puedo verme navegando por Google y según interprete la cara que pongo ante el contenido que me muestra me insertará una u otra publicidad. O abriendo el Word de Microsoft y en función de mi reacción ante lo escrito...borrarlo.

'Esa cara de vicio no es nada bueno. A tu madre no le ha gustado un pelo y desde la cocina me ha ordenado el borrado de lo que estás leyendo'.

En un mundo poco privado, pronto no dispondremos ni del placer de hacer una buena peineta a la espalda de tu jefe después de un rapapolvo sin que el ordenador nos envíe un mensaje:

'Gómez, que le veo...a la próxima, a la puta calle'

lunes, 21 de noviembre de 2011

A la tercera va la vencida: ahora sólo puedo decir que...¡por fin me toca a mí chupar del bote!


Post de temática casi obligada después de la resaca que le deja a uno la celebración de la fiesta de la democracia, en la que cada vez creo ver más semejanzas con la barra libre de una boda, donde PP y PSOE son dos amigos que beben despreocupados, porque las copas corren al cargo de los novios -o votantes- y porque, pase lo que pase, independientemente del número de cubatas que ingieran tienen claro que uno de los dos será quien conduzca cada cuatro años por la carretera Legislatura, el coche modelo España, propiedad de los novios -o votantes-.

Poco o nada importa lo bien que se hayan comportado ambos, si han arrasado con las existencias del bar, ni las promesas que hayan hecho a las primas solteras de la boda para por si acaso, llegada la hora de situarse al volante del coche modelo España, se decanten a su favor si el estado etílico de ambos es semejante. 'Pactos', los llaman. A cambio, permiten subir detrás a tantas primas como haga falta para asegurarse el volante.

'Podría dejaros conducir a vosotras, pero los novios no me lo perdonarían jamás porque sólo confían en mí o en mi colega. Sé que tenéis carné, pero el coche es suyo y ellos mandan' les dice. Y así es, o al menos así lo parece.

En esta ocasión será Mariano Rajoy quien se siente al volante. Por fin, tras dos 'bodas democráticas' obligado a regresar en el asiento junto al del conductor, llamado también 'oposición' en los círculos de conductores-políticos, podrá disfrutar del coche modelo España, si bien es cierto que Zapatero se lo ha entregado con algunas abolladuras y corto o muy corto de combustible. Los novios, asustados por el lamentable aspecto de su vehículo, no sólo le han entregado las llaves, si no que le han dado carta blanca para que practique cuantas reparaciones estime necesarias, sin injerencias.

La mayoría absoluta tiene tanto de bueno como de malo. Y en un marco tan difícil como el actual se puede convertir en un arma de doble filo. El Partido Popular dispone de cuatro años para aplicar sus políticas sin que nadie pueda 'tumbarlas' y si no dan resultado siempre podrá imputar su fracaso al Gobierno anterior y recurrir al socorrido tecnicismo del 'lampista', ése que emplean cuando van a presupuestar un trabajo a tu domicilio.

'Menuda chapuza te han hecho los otros. Esto va para largo y no va a ser barato'

Hay margen de confianza. O al menos eso parece. Eso sí, una vez agotado, errores y aciertos se ven a la legua y señalar con el dedo al culpable resulta mucho más sencillo. Por eso, como diría el tío de Peter Parker y Spiderman: 'Mariano, un gran poder conlleva una gran responsabilidad'.

Entonces Rajoy le miraría a los ojos y le respondería: 'Señor tío de Peter Parker y Spiderman, sólo le puedo decir que a la tercera va la vencida, ¡por fin me toca a mí chupar del bote!

Una de las incógnitas es qué sucederá con Alfredo Rubalcaba. Chupará del bote en la oposición, que es más cómodo y en tiempos de mayoría absoluta mucho más. Poco desgaste político, sin presión en votaciones parlamentarias de cualquier tipo y la posibilidad de oponerse a todo sistemáticamente. O lo que es lo mismo, cuatro años íntegros para criticar la gestión de Rajoy como presidente del Gobierno.

Eso sí, primero deberá sobrevivir a la terna de leones que en su propio partido ya se preparan para pelear con él para alzarse como futuros líderes del partido. Porque no es lo mismo chupar del bote que chupar del bote con la certeza de que, tarde o temprano, lo cambiarás por el grande, por el que ahora tiene Mariano Rajoy.

Y mientras tanto, en mi caso y en el de otros muchos como yo, la victoria o la derrota del PP y del PSOE en unas elecciones generales nos supone como diría un filósofo de talla mundial como Julio Iglesias 'que unos vengan, que otros se vayan y que la vida siga igual'.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Mi yo Umbral: 'O se postea sobre mi libro, o me voy'

Todas las mañanas cuando despierto no puedo evitar sentirme un poco como Martin Luther King al haber tenido un sueño. A veces hasta dos. Aunque eso sí, ninguno tan relevante como lo fue el suyo. Hoy no ha sido una excepción y en él me veía donde estoy ahora, posteando en el ordenador acerca de la prima de riesgo desbocada. Junto a mí, yo mismo con bufanda, gafas gruesas y cara agria, me regañaba: 'aquí se postea de todo, menos de mi libro. !Y yo he venido a hablar de mi libro¡ El país se va al carajo y antes de que suceda o hablamos de mi libro, o me levanto y me voy'. Está bien, he concedido, pero siempre y cuando, no perdamos de vista el motivo de este 'post', la prima de riesgo.

Mi 'Yo Umbral' ha accedido a regañadientes y en voz baja me ha susurrado la conveniencia de dar pábulo a 'su libro', que es tan mío como suyo, porque la prima de riesgo de la deuda española para su colocación en los mercados dejan a nuestro país con el mismo futuro que el padre del Rey León en aquel cañón de la Sabana africana. El BCE ya intervino ayer y pudimos sortear la avanzadilla de la estampida, pero tarde o temprano pereceremos aplastados. Digan lo que digan y gane quien gane las elecciones.

Después, mi 'Yo Umbral' me ha bisbisado que antes de que los españoles se queden sin un euro, no estaría demás publicitar 'su-mi' Ebook, que es francamente bueno. He asentido con la cabeza, a la vez que le he comentado lo innecesario de andar hablando en voz baja porque aquí no estábamos más que él, un fruto de mi subconsciente, y yo. Nadie más.

Mi 'Yo Umbral' me ha dado una palmada en la espalda y me ha espetado con una sonrisa: '¡Cuánta razón tienes, cabronazo!' para, acto seguido, vaticinar que el BCE, seguramente, volverá a 'relajar' los mercados en favor de España, pero que empieza a ver las barbas de nuestra economía en remojo, quién sabe si listas para pelar.

He intentado replicar, pero antes de haber abierto siquiera la boca, mi 'Yo Umbral' ha señalado hacia el Ebook. 'Yo he cumplido con lo pactado, ahora te toca a ti. Toca hablar de mi libro'.

'Está bien, hablemos de 'tu-mi' libro' he accedido. Y mi 'Yo Umbral' no lo ha dudado.

'Las atribuladas peripecias de Agustín González narra las desternillantes desventuras de un grupo de amigos a los que los avatares de la vida les empuja a considerar la idea de robar un camión como la única solución para enterrar sus miserias. Pero delinquir no es tan sencillo como parece. Requiere algo más que buenas intenciones. Un buen plan, nervios de acero, contactos...Y cuando uno tiene problemas hasta para poner nombre a su banda, entonces la cosa no puede más que complicarse. Las atribuladas peripecias de Agustín González es una pequeña caja de sorpresas, capaz de dibujar una sonrisa y de arrancar una carcajada al más hierático de los hombres'.

Por último mi 'Yo Umbral' ha comentado que 'Se puede adquirir, al precio de un euro en formato Ebook' en el siguiente enlace:


Y dicho esto, y antes de desaparecer, me ha insistido: 'diles que ahora que todo se va a la mierda, qué mejor que pasar un buen rato leyendo un libro que a buen seguro les divertirá'.

En lo del libro estoy de acuerdo, en cuanto a que todo se va a la mierda, no tanto.  

jueves, 17 de noviembre de 2011

Microsoft y su red social apuntalarán el perfil de internauta 'Roberto Carlos'

Las redes sociales se multiplican con la misma rapidez que un 'mogwai' en la ducha de un gimnasio después de una sesión de spinning y ser 'cibersocialmente activo' está empezando a convertirse en un trabajo estresante de dedicación absoluta. Se podría decir que estamos ante el alumbramiento de la figura 'Individual Community Manager'. La diferencia entre ésta y la de 'Community Manager' es que la segunda es una figura laboral que percibe una remuneración por sus servicios y el 'salario' de la primera es el de dejar su vida a la vista del mayor número de usuarios posibles.

Y es que de la noche a la mañana, un individuo, se ha visto arrastrado a una vorágine de interacción social que le obliga a mantener actualizado su perfil en Facebook, para que sus amigos, familiares, conocidos e incluso aquel niño con el que compartió guardería y aquel otro con el que lloró, cuna con cuna, en sus primeros días de vida en la maternidad, vean lo mucho que disfrutó en la fiesta de cumpleaños de una amiga, a tener que 'tuitear' a propios y extraños su quehacer diario, con todo lujo de detalles, desde el color del orín al levantarse a lo fríos que tenía los pies a la hora de acostarse, a intervenir en los foros de Linkedin para opinar acerca de las excelencias de unos métodos de trabajo que revolucionarán el mundo de la auditoría, a cuidar sus círculos de Google+, de Yahoo! y de otras redes sociales en las que está presente, por miedo a que mengüen su número de 'ciberamigos, cibercolegas y ciberseguidores'.

Si además tiene alguna afición, la cosa se complica. Hay que ser usuario de redes sociales específicas. Para ser un tipo 'social' puntero entre los millones de admiradores del universo 'World of Warcraft' o la mejor 'fashiolista' también hace falta tiempo de dedicación.

Al final, el más 'social' de los 'sociables' acaba siendo una especie de hombre de las cavernas que vive encerrado en su cuarto-cueva, vestido con pijama y zapatillas; un huraño 'socialmente activo' con un ordenador y una conexión a Internet en lugar de un garrote.

Por si no fuese bastante, ahora Microsoft, parece estar ultimando los detalles de uno de los rumores que tantas vueltas ha dado por Internet en los últimos meses, su propia red social. Otra más. Como dice el refrán, éramos pocos y parió la burra.

Me imagino la cara del 'hombre social' al leer la noticia en su cuarto-cueva. ¿Más trabajo? Porque tiene un perfil y una reputación que cuidar en Windows Live. Su jefe le llamará a casa, para interesarse por qué hace una semana que falta al trabajo.

'¿Cómo espera que vaya si entre Facebook, Twitter, MySpace, Linkedin, Tuenti, Flickr, Google+, Yahoo!...etc apenas puedo ir al lavabo? Le he hecho un agujero al asiento de la silla y puesto un orinal debajo. Es de locos, de locos'

Y cuando alguien le diga que estar tanto rato encerrado no es sano, que debe salir, relacionarse.

'¿Más? Si me relaciono más acabaré por tener amigos extraterrestres. Es humanamente imposible ser más social' responderá, enfadado.

Yo hoy he decidido plantarme. No quiero ser 'socialmente correcto' porque mi salud mental no me lo permite. Mi 'perfil social' como internauta ha de ser como los cereales con fibra, equilibrado. Ni mucho ni poco. Eso si, prefiero mil veces ser un paria a vivir preso de una 'sociabilidad' mal entendida, porque ni soy Roberto Carlos, ni necesito 'un millón de amigos para así más fuerte poder cantar' si estos están todos en la pantalla de un ordenador. Me bastan unos pocos sentados a la mesa de un bar, con unas cervezas.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

'Doc' Mas, la sanidad 'McFly' abren la puerta al 'kit del perfecto cirujano'

Los recortes en la sanidad, esos que desde los balcones de la Generalitat de Catalunya han insistido en pregonar que no afectarían a la calidad del servicio, los mismos que han movilizado a los propios trabajadores del sector, a todos, desde celadores a cirujanos para protestar por lo que consideran una precarización salvaje de los recursos y que en muchos pacientes despiertan esa sensación de que la atención sanitaria ha derivado a una política de 'quitarse el muerto de encima', hasta que el 'muerto' se harte o fallezca, literalmente, pueden ser los grandes protagonistas indirectos en los regalos de estas navidades.

El miedo a la muerte ha perseguido al hombre desde el instante en que tuvo suficiente uso de razón como para cometer la insensatez de interrogarse acerca del sentido de la vida y otras preguntas sin respuesta aparente de marcado carácter metafísico y espiritual. Desde entonces, le ha acompañado. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, esta inquietud natural parece haber cedido terreno entre los habitantes de Catalunya, y dejado paso al terror a enfermar.

Es comprensible, si tenemos en cuenta que en los últimos meses ha asistido al cierre de Centros de Atención Primaria, de los servicios de urgencia de algunos hospitales, de quirófanos... así como a la eliminación de camas hospitalarias y de personal sanitario. Y lo mejor de todo, sin que reduzca para nada la calidad del servicio. Nada de nada.

Ya hay quien empieza a llamar 'Doc' a Artur Mas y 'Marty McFly' a la Sanidad catalana, porque a bordo del 'tijeretazo Delorian' ha viajado hasta 1.994. El problema es que nuestro 'Marty McFly', al contrario que el de 'Regreso al futuro', ni tiene condensador de fluzo ni idea de cuándo caerá el rayo en la torre del reloj del Ayuntamiento que le permita regresar a 2.011. Es más, no tiene ni puta idea de dónde está el reloj, si es que hay.

Ante semejante panorama, es normal que en el subconsciente colectivo se haya instaurado el temor a enfermar. Es inevitable. Porque cuando los propios profesionales del sector se quejan de la falta de recursos humanos y técnicos, a uno no pueden sino asaltarle las dudas de la atención que le van a dispensar. Y se imagina tendido en la cama, con la nariz roja y goteando mocos, los ojos hinchados y 39º de fiebre, con su mujer al lado, hablando con sus padres: 

'Tiene un resfriado, lo mejor sería rematarlo, para que no sufra' les dirá mientras carga una escopeta. 'Sí, sí, qué lástima' dirán ellos compungidos. 'Hace un par de años habría ido a Urgencias y se habría salvado, pobrecito'.

Por eso entiendo la huelga de médicos. Incluso aun cuando leyese que el Gobierno de la Generalitat tenía pendiente de aplicar otro tijeretazo, en esta ocasión sobre las nóminas de los trabajadores y ello te incline a pensar acerca de la verdadera naturaleza de la movilización. Es más, la secundo, en todos sus aspectos. Una sanidad de calidad pasa tanto por unas infraestructuras y un material de calidad como por un personal de calidad. Y los salarios forman parte de la ecuación.

Así pues, en lo que se refiere a los regalos de estas navidades, no me extrañaría nada que la gente se lanzara a la caza y captura del 'kit del perfecto cirujano', con bisturí, gorro, guantes, mascarilla y de regalo un algodón para el sudor. El juego 'Operación' se vendería con su veriones, 'cancelamos la intervención por falta de quirófanos' o 'su operación de cáncer de colón no es muy urgente, ya le avisaremos'.

Yo ya he iniciado contactos con varios desarrolladores para aprovechar las nuevas tecnologías y lanzar al mercado una línea de juegos educativos para todas las plataformas; 'Doctor, me opero yo mismo' o 'estos síntomas son inequívocos, tengo...'. Porque visto lo visto, lo mejor es estar preparado para cualquier contratiempo que pueda surgir.  

lunes, 14 de noviembre de 2011

Campañas de marketing falsas y una oficina de la OCU en cada prisión

Los delincuentes españoles están en un serio aprieto por culpa del método policial que la policía del condado inglés de Derbyshire ha ideado para capturar a sus criminales en busca y captura y que no es otro que el de ofrecer una cata de cerveza gratuita. Se acabó peinar las calles fotografía en mano o presentarse en su último domicilio conocido. Unas invitaciones al mismo especificando gratis y a sentarse y esperar que los huidos de la justicia acudan, sin saberlo, a entregarse por su propio pie.

El éxito de la iniciativa en Inglaterra residió en el producto ofrecido. En su caso, unas espumosas y frías cervezas. Pocos pudieron resistirse a la tentación de saborearlas sin tener que pagar un penique por ello y por eso no dudaron en facilitar una hora y una fecha de entrega a la supuesta empresa que les había hecho llegar dicha campaña publicitaria a sus últimos domicilios conocidos. Diecinueve fueron en total los detenidos. Un éxito si se tiene en cuenta que, según recoge el periódico británico The Telegraph, se enviaron varias docenas de invitaciones.

Así pues, no es de extrañar que el jefe de policía del condado de Derbyshire se haya mostrado más que satisfecho por la efectividad de una iniciativa cuyo coste les resultó ínfimo en relación al que requieren los métodos tradicionales y que les ha permitido apresar a delincuentes acusados de la comisión de delitos que van desde el allanamiento de morada a la agresión sexual.

No vería descabellado en absoluto si la policía española se decidiera a importar este sistema para localizar y detener a esos delincuentes escurridizos que tanto cuestan de localizar. En un país donde el 'todo gratis' es casi un 'leit motiv' y donde la publicidad engañosa está a la orden del día (sólo hay que echar un vistazo a las miles de reclamaciones que reciben al año las diferentes oficinas de protección del consumidor por ese concepto) en todos los sectores comerciales, la pesca de 'chorizos' con campañas de marketing falsas sería coser y cantar.

Naturalmente debería crearse una división especial, algo así como la 'Policopy', mitad policía, mitad copy creativo. Agentes capaces de crear anuncios llamativos, de disfrazarse de teléfono móvil, de porción de queso suizo o de tubo dentífrico cuando la ocasión lo requiera. Agentes que dominen el arte de repartir 'flyers' a la salida del metro o de clavarlos en los parabrisas y las ventanillas de los coches como si fuesen 'shurikens', de convertirse en repartidores de publicidad profesionales.

También se incorporaría en plantilla a algún famoso, para dar 'solera' a los anuncios. José Coronado o María Patiño, por ejemplo, y un teléfono de atención al cliente.

Por su parte, la OCU, abriría una oficina en cada prisión porque el número de apresados se incrementaría en el mismo número que sujetos denunciando ser víctimas de una práctica de publicidad engañosa.

Me dijeron que me regalaban un reloj y lo único que me llevé a las muñecas fueron las esposas de un policía” podría ser alguna de las múltiples argumentaciones. Eso siempre y cuando, claro está, la policía no cumpla con lo publicitado.

En caso de cumplir, el discurso del detenido sería otro muy distinto y sin lugar a queja. “Me han trincado, pero míralo por el lado bueno, cuando salga dentro de un par de meses no tendré que robar un iPhone 4S, ya lo tengo...¡y gratis!

Sea cual sea el resultado, una cosa está clara en este asunto. La publicidad engañosa no va a dejar de existir, aunque aparentemente sea por una buena causa. Mientras haya incautos al margen o no de la ley, habrá tipos dispuestos a sacar partido de su candidez vendiendo duros a tres pesetas, letras pequeñas que hacen de un presunto chollo la mayor de las maldiciones existentes sobre la tierra.

Por último, serviría como primer paso para la plena reinserción en la sociedad que alguna de esas campañas de marketing falsas fuesen como las del 'aceite de oliva', es decir, cincuenta delincuentes encerrados en un autobús de visita a Covadonga con tres o cuatro agentes de policía hablándoles sin parar durante más de siete horas de las ventajas que tiene un ciudadano honrado sobre otro que no lo es a la hora de llevar la fabulosa pulsera magnetizada que regalan? “El efecto no es el mismo en uno que en otro. Os lo aseguro. Los iones no se cargan de la misma manera”, les repetirían hasta la saciedad, una y otra vez.