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jueves, 10 de febrero de 2011

Nosotros no somos ese perfil Online

Inicio mi andadura 'blogera' con la frase de inicio por excelencia de las películas de sobremesa de los domingos de cualquier cadena de televisión: 'Basado en hechos reales' para cuestionarme hasta qué punto nos estamos convirtiendo en esclavos de las redes sociales, tanto personal como laboralmente. 

Hace algunos días visité a uno de mis exjefes y ni lo hice garrote en mano, ni con el rostro cubierto, ni con un listado de improperios que rimar en su despacho cual rapsoda urbano. Principalmente porque nos llevamos bien, despidos aparte, y porque no es de recibo presentarse de esa guisa para tratar la posible contratación de algunos servicios empresariales. O por lo menos así sucede en los círculos en los que se mueve mi actual empresa.

Tras muchos años al timón de la edición en papel de una pequeña revista enrocado en que 'el Internet no es más que otra de esas modas pasajeras propias de la juventud que en unos meses caerá en el olvido' me explica que en 2010 se dejó convencer para formar parte de esa 'tontuna juvenil', dio a luz a la versión digital de su publicación y que, transcurrido un año, desea emprender acciones para crecer y consolidarse.

Sin haber entrado en harina, a modo de apunte, sugerí, entre otras cosas, aprovechar las redes sociales como canal de difusión, lo que motivó la siguiente respuesta: 'nosotros no somos de esa clase de publicaciones, no veo qué pintamos en Facebook y en kwicker, Muiter o cómo coño quiera que se diga la otra que me has dicho'.

Entonces me explica que su 'target' es reducido; primero por el ámbito territorial, circunscrito a Catalunya, y después porque su tipo de lector son profesionales de sectores que no dejan lugar a ser ocioso, que no pasan horas con la nariz pegada frente a la pantalla de un ordenador ejerciendo de lo que él denomina 'porteras de la era digital', que no serán más de 40.000 personas en total.

'Probablemente un alto porcentaje de esas personas estén presentes en las redes sociales' le respondí mientras me remitía al director de Márketing, que dicho sea de paso es un buen amigo al que tengo agregado en Facebook, porque es su mano derecha y su opinión prácticamente se escribe en piedra.

Afortunadamente para mis intereses su punto de vista se orienta al negocio, que en su caso pasa por lograr el mayor número de usuarios únicos y generar el mayor volumen de tráfico posible de cara a colocar espacios publicitarios. Conviene que en Internet si no eres visible no existes, que debes generar movimiento, hacer ruido y que las redes sociales son unos escaparates que, por su efecto exponencial de captación, ofrecen una oportunidad a tener en cuenta por lo menos.

Al salir, con una declaración de intenciones de mi amigo 'Facebookiano' de estudiar la implementación de algunas de estas ideas, me asalta la duda de hasta qué punto estamos atados a este modo de interactuación personal globalizado tan propicio para mantener engrasados los engranajes de las sociedades de consumo. 

A nivel empresarial está claro, nos encontramos ante uno de los mercados con un ingente número de clientes potenciales que no dudan en compartir en sus perfiles millones sobre sus gustos, aficiones... Resumiendo, prospección de mercado, clientes y canal de captación en un mismo espacio. Casi nada.

Y a nivel personal...esas conclusiones mejor me las reservo para tuitearlas.