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jueves, 10 de noviembre de 2011

Hollywood piensa en AENA, desvía como puedas

Creo que la tríada Zucker, Abrahams, Zucker, ZAZ para los amigos y el mundo de la farándula en general, responsables de la comedia Aterriza como Puedas, ya se han puesto en contacto con AENA para negociar los derechos de lo que consideran puede ser un auténtico bombazo en las taquillas, un proyecto al que han bautizado con el título provisional de: “AENA, desvía como puedas”. Como su actor fetiche, Leslie Nielsen, ya no está entre nosotros, no descartan ofrecer el papel de Conseller de Interior de la Generalitat de Catalunya al propio Conseller, Felip Puig. porque está tan o más dotado para la comedia. Las localizaciones para filmar no admiten discusión, el aeropuerto de El Prat y los de Girona y Reus. Escenarios reales.

No es para menos. Un productor avezado sabe que lo acaecido el pasado martes 9 de noviembre a eso de las 22:20 horas en el aeropuerto barcelonés es una de esas historias dignas de los Hermanos Marx o mejor aún de los Farrelli. Porque únicamente entendido en clave de comedia alcanza uno a comprender que unos trabajos sin especificar acabaran con el corte de un cable que suministraba la electricidad a parte de las pistas de aterrizaje del aeropuerto, que un total de once aviones se vieran obligados a ser desviados y que nadie avisara a Interior para activar los protocolos de seguridad.

Puedo entender una avería. Entra dentro de lo imaginable. Las cosas se rompen, se estropean... Lo dicho, puedo entenderlo, aunque no por ello es menos chocante que un aeropuerto con el tráfico aéreo de El Prat fíe parte de la iluminación de sus pistas de aterrizaje a un único punto, a un cable, y que no disponga de un 'plan B' que garantice el suministro en caso de caída del tendido eléctrico. Lo que escapa a mi entendimiento, poco, dicho sea de paso, es que ni el aeropuerto ni AENA pongan en conocimiento de la Conselleria de Interior un incidente de esta índole, para activar el protocolo de actuación comprendido en el Plan Aerocat.

Me imagino la estampa. El trabajador que duda entre si avisar o no avisar para que activen el plan de emergencias aéreas acude a pedir consejo al máximo responsable y éste responde diciendo eso de 'Quita, quita, para qué vamos a andar metiéndonos en follones de ambulancias, bomberos y demás si esto lo arregla Paco el operario de mantenimiento en un santiamén. Va a la pista, Pela un poco el cable, enrosca unos con otros los hilillos naranja, lo tapa todo con cinta aislante y aquí no ha pasado nada' Por cierto....¿alguien sabe si está abierto el aeropuerto de Reus?' Después de esa noche su controlador a buen seguro que habrá pedido la baja por estrés.

Una vez restablecido el suministro eléctrico, AENA y el aeropuerto de El Prat, se fueron a dormir con la misma satisfacción que la de ese niño con cara de pillo que ha sabido librarse con astucia de la regañina de su madre después de haber cometido una travesura, a la espera de que los afectados por el incidente no alzasen la voz o el 'tuit', o el 'facebook', o el blog. La misma satisfacción con la que dormía Felip Puig, conseller de Interior, ajeno a tanto trajín.

Qué cara se le debió quedar cuando a la mañana siguiente, al encender la radio, se enteraba de todo este asunto. Menudo cabreo se habrá cogido. Pero no por la omisión de la avería, ni por la imagen de inefectividad que pueda dar la Conselleria, sino por el hecho de haber perdido una oportunidad de oro para coger el helicóptero. ¡Mecachis...pues hala, expediente informativo!

Todo esto ha servido para que me dé cuenta de que además de importarles un carajo a las compañías aéreas y a los controladores, los pasajeros tampoco son importantes ni para el aeropuerto ni para AENA. De acuerdo, la avería no pasó de contratiempo, pero la seguridad del pasaje es lo primero y más vale pecar de previsor que andar lamentando después con 'miniseries' de televisión algo que pudo haberse evitado.

Por lo pronto, como medida excepcional, las compañías aéreas han empezado a contratar elfos para sus vuelos con destino a Barcelona. Irán de copiloto y así, en caso de apagón, serán los encargados de aterrizar el avión, pues, como es sabido, son seres capaces de ver en la oscuridad.

Y yo...bueno, aunque no tengo miedo a volar, ahora tendré algo más de cuidado a la hora de programar mis viajes. La vuelta, siempre de día.