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lunes, 7 de noviembre de 2011

Tita Cervera, un chantajista poco hábil y un negocio en ciernes: Academias de chantaje

Asisto con preocupación a como la crisis se ha comido a cucharadas el yogur griego de la nevera de la Unión Europea y a su presidente, Yorgos Papandreu, que ya no le dirá a Angela Merkel y Cía eso de “jorroña, que jorroña” y la “asesoría económica voluntariamente forzosa del FMI y Europa sobre las cuentas del Estado italiano”, que es mejor que decir Intervención, una palabrota que hiere los oídos de tito Silvio Berlusconi, poco acostumbrados a un lenguaje tan soez. Ni en sus fiestas 'Bunga Bunga' más salvajes se es tan políticamente incorrecto. Sin embargo, a pesar de estas barbas que veo pelar y de creer que la española lleva tiempo a remojo, mi cabeza y mis ojos no dejan de dar vueltas a una escueta noticia de El Periódico de Catalunya acerca de un extraño intento de chantaje a Tita Cervera.

Admito sin ningún pudor que mis habilidades criminales son ínfimas, que mi carrera delictiva no ha ido más allá de comerme el bocadillo de algún compañero de escuela a la hora del patio o de pedir prestado un bolígrafo que no regresó jamás a su dueño. Todos los conocimientos que haya podido adquirir sobre cualquier actividad al margen de la ley, incluido el chantaje, han sido bebidos de la literatura y el cine, auténticas fuentes del saber para individuos como yo, que sudamos la gota gorda sólo con plantearnos la posibilidad de colarnos en el metro.

Tras buscar en la letra C del archivo de mi cabeza todas las referencias a las normas básicas para un chantaje, mi manual del perfecto chantajista me dice lo siguiente:

El sujeto A dispone de una información comprometedora del sujeto B o de alguien próximo a él cuyo interés por mantener oculto la hace susceptible de ser intercambiada por una cantidad de dinero o algún tipo de favor o pago en especies”.

Entonces vuelvo a releer la noticia y pese a mi total nulidad como chantajista su lectura hace que me resulte aún más desconcertante. Según el diario, la revista Interviú, se hace eco de un tipo que ha exigido a la Baronesa Thyssen el pago de 30.000 euros a cambio de un vídeo con supuestas escenas sexuales de su nuera, Blanca Cuesta y supongo (porque la noticia no lo aclara) a cambio de no hacerlo público. Tita no ha dudado en denunciar los hechos ante el Juzgado de Instrucción Nº 40 de Madrid.

¿Y qué me asombra y hace que hasta ese pobre diablo pueda resultarme simpático? Sencillo. Qué interés puede tener la Baronesa Thyssen en mantener en la sombra un documento que puede poner en un aprieto a su poco querida nuera. Ninguno. Es más, incluso entendería que Tita le hubiese respondido:

“¿30.000 euros? Te pago 60.000 euros y te doy el número de teléfono del director de tal y tal revista si lo publicas en DVD. ¡Ah, y para mi hijo la copia en HD, si puede ser”.

¿Qué clase de chantaje es ofrecerle al enemigo la cabeza de su rival en bandeja de plata? Es como si mañana se planta un tipo en la calle Génova y amenaza que o le incluyen en las listas electorales o revela algunos trapos sucios del candidato de la oposición. O como si va a Sálvame y amenaza que o cobra 30.000€ o cuelga en Facebook imágenes 'poco adecuadas' de alguno de sus colaboradores.

Este último ejemplo no es muy acertado porque conociendo el funcionamiento del programa, seguro que no pagan y después hacen sangre con un contenido al que sacarán rentabilidad sin tener que desembolsar un céntimo.

Un último apunte: ¿30.000€? Recientemente la baronesa indicó que Borja percibe en concepto de herencia algo más de 1 millón de dólares al año y el tipo pide 30.000 euros. O la crisis ha hecho estragos en todos los sectores, hasta en el del chantaje, o a este chantajista le hacen falta un par de clases.

Quizás sea una buena idea para los tiempos que corren. Escuela de chantaje.

Lo veo: “¿Su jefe no le sube el sueldo, se gasta el dinero en putas y tiene el mail de su santa esposa? ¿Su marido le controla hasta el último céntimo y en el móvil de su cuñado hay mensajes 'calientes' con una 'amiga especial'? Logre ese aumento. Dese un capricho a costa de su cuñado. Aprenda a sacar tajada a la información comprometedora que se posee”.