compárteme

lunes, 21 de marzo de 2011

Por una reforma laboral total, descargando actualización: de trabajador puteado 2.0 a Esclavo 1.0

No dejo de contar los días que faltan para la celebración de las próximas elecciones generales. Es tal mi ansiedad que a duras penas concilio el sueño por las noches y pruebo bocado durante el día, hasta la gustosa, otrora, amenaza de acabar sufriendo una úlcera futbolística a causa de un empacho de Madrid-Barça, Barça-Madrid, me resulta insípida. El porqué de este constante sinvivir no está en saber quién será el 'candidato piñata' del PSOE, ni en cómo quedará configurado el Hemiciclo, si no en cuánto tardaremos en cambiar nuestro estatus de Trabajador puteado 2.0 al de Esclavo 1.0. ¡Qué ganas tengo!

Las elecciones tienen el color azul de las gaviotas en el horizonte. Salvo cataclismos de última hora como un gigantesco maremoto que haga de España la piscina de agua salada más grande de los Pirineos o que los extraterrestres opten por invadirnos y convertirnos en súbditos suyos, el líder de los populares, Mariano Rajoy, será el próximo Presidente del Gobierno.

Las opciones del 'candidato piñata' del PSOE son escasas, por no decir nulas. El conflicto interno de los socialistas no está en dirimir quién sucederá a Zapatero como candidato a la presidencia, si no a quién 'engañan' para ser el encargado de recibir los palos de una ciudadanía hastiada y desencantada con el actual Ejecutivo, la 'piñata electoral' que vapuleen antes de hacer borrón y cuenta nueva. 

Y mientras a Alfredo Rubalcaba se le caen algunos cabellos de su 'look' media melena de parte baja de la cabeza cada vez que alguien menta su nombre como posible sucesor, el resto nos preparamos para la llegada de los 'buenos gobernantes', que es como Mariano Rajoy se definía en una entrevista concedida al diario El Correo y para las ideas, naturalmente buenas, que traerá consigo.

Una de ellas es el motivo de mis desvelos, porque debo confesar que desde el preciso instante en que la leí primero en la noticia de europapress que hace mención a esa entrevista y después en la misma ardo en deseos de ver cómo se traslada del plano ideológico, como concepto abstracto, al físico y tangible la idea de 'trabajar unas poquitas horas más o ganar un poquito menos' porque 'no nos podemos permitir el lujo de tener 4,7 millones de personas sin trabajar'.

Vaya por delante que estoy completamente de acuerdo con él en una cosa; no podemos permitirnos el lujo de tener 4,7 millones de parados, pero transmitir el mensaje a quienes sí tienen trabajo de 'ahora viene una etapa complicada. Nadie va a perder su puesto de trabajo, pero vamos a trabajar unas poquitas horas más o vamos a bajarnos un poquito el sueldo' no me parece lo más acertado.

Mis conocimientos de economía laboral son escasos, pero Mariano...trabajar más horas no tendría un efecto contrario? En otros países, una de las soluciones para estimular el empleo pasa por unas jornadas laborales con menos horas -30 horas semanales- para generar un turno más de producción. Por no decir que trabajar 'unas poquitas horas más', complicará todavía más la difícil tarea de conciliar vida laboral y familiar. El término de 'hombre o mujer de empresa' no tendrá tanto sentido como entonces. Los casados se divorciarán con un fax, enviado en la hora de la comida, que no hay tiempo que perder, y a partir de ahí fijarán su residencia en su puesto de trabajo, que abandonarán de vez en cuando para aparearse con trabajadores de la misma planta con el único propósito de abastecer de mano de obra a la compañía.

La segunda opción tampoco está mal, 'ganar un poquito menos'. Todos estamos dispuestos a hacer sacrificios y a apretarnos el cinturón cuando la situación lo requiere. El problema radica en que no todos los cinturones tienen el mismo número de agujeros y a quien le sobran cuatro, ajustarlo uno, quizás le suponga un ligero contratiempo, pero si no tienes más agujeros que 'apretar' pedir hacerle uno nuevo al cinto, es más complicado.

Los salarios no son para lanzar cohetes y el coste de la vida está disparado. Vivienda, alimentos, textil, carburantes...llegar a fin de mes es ya en ocasiones francamente difícil, así que si además 'ganamos un poquito menos' pero las cositas siguen estando igual o más caras se convertirá en una tarea digna de ser reconocida con el Premio Nobel de Economía

Sin embargo, aquí estamos, dispuestos a todo con tal de lograr salir de esta crisis galopante, hasta aceptar una reforma laboral de las de verdad, rotunda, contundente. Por eso hago un llamamiento a toda la población: creemos una plataforma en Facebook, en Twitter, para exigir que se convierta al Trabajador puteado 2.0 en Esclavo 1.0. Es más, obliguemos a nuestros jefes a azotarnos y a que contraten a un tipo grande y fuerte, con dos enormes tambores, para que marque el ritmo de trabajo. ¡Pom-pom! ¡Pom-pom! ¡Ah, el inconfundible aroma del estilo Galeras! ¡Qué bien, qué ganas tengo!