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jueves, 24 de marzo de 2011

Me hago actor porno por motivos de salud

La pasada noche dormirme me costó más de lo habitual. Mi cerebro había cortocircuitado el botón 'off' que desconecta su actividad diaria y lo sume en un estado letárgico reparador y continuaba calculando la probabilidad de que otro órgano esencial, el corazón, dejase de latir esa misma noche. Todo por una noticia de la que telediarios y periódicos informaron de puntillas, donde advertían que sexo y ejercicio físico esporádico se asociaban a un mayor riesgo de ataque cardíaco y de la que era incapaz de adivinar qué me molestaba más si el sentimiento de 'perro apaleado' que me despertaba el saber que encima de follar poco eres más propenso a estirar la pata o desconocer si otros métodos a parte de la cópula tendrían el mismo efecto 'cardiovascular'. Porque de ser así, el precio a pagar por preservar la vida bien valían un bastón y un perro lazarillo. 

La poca relevancia de la noticia en los medios de comunicación (normal con la que está cayendo en un mundo plagado de revueltas, terremotos, tsunamis, reactores nucleares amenazando con irse a freír espárragos y quién sabe qué más con la radiación que libera) contrastaba con la zozobra con la que yo vivía que hacer deporte 'a ratos' implicaba un riesgo de 3,5 veces más a sufrir un infarto y que el 'sábado, sabadete...' lo hacía en 2,7 veces.

Sumido en este mar de dudas hallé cierta calma en la puntualización, si bien no recuerdo la cadena, de uno de los presentadores del telediario en la que matizaba que el sexo esporádico era más letal si cabe cuando no se practicaba con la pareja habitual de uno. Por lo menos, por esa parte...

Atribulado ante tanta pregunta sin respuesta y sediento de conocimientos, me incorporé y me senté frente al ordenador, a la búsqueda de algo de luz que arrojar sobre este asunto. ¿Por qué era peor la relación esporádica con una desconocida que con tu mujer? 'Seguramente el tipo esté casado' pensé 'y como no diga lo contrario su señora lo cruje'. ¿Sólo contaba como 'actividad sexual esporádica' la relación sexual entre dos personas o amarse uno mismo también contabilizaba? De ser así, estaba profundamente decidido a 'cagarme en los curas' que impartieron mi educación, porque... hasta qué punto había merecido la pena renunciar a ciertas 'maniobras' para disfrutar de una perfecta visión y una piel libre de acné.

Después de varias horas navegando y con las mismas preguntas rondando por mi cabeza, decidí que era el momento de poner de mi parte a la ciencia. Regresé a la cama y desperté a mi mujer. 'Estamos en peligro de muerte- le dije -. Nuestros corazones pueden pararse en cualquier momento por culpa del sexo. No podemos seguir practicándolo de higos a brevas. Ha llegado el momento de fortalecer nuestros órganos cardiovasculares y para ello tendremos que hacer un esfuerzo y diariamente echar un casquete'. Su mirada, a caballo entre la somnolencia y la sorpresa, me dieron a entender que allí hacía falta ampliar el motivo de argumentación.

Cuando acabé de explicarle el estudio, las conclusiones...ella me miró fijamente, volvió a enterrarse entre las sábanas y con voz serena respondió: 'no te preocupes, dejaremos lo esporádico si te parece peligroso. A partir de mañana a lo 'Galeras', a pan y agua'.

Ya me había hecho a la idea de tener un corazón sano, lo que los médicos llamarían 'un corazón de deportista' o, dado este nuevo descubrimiento, 'un corazón de actor porno', pero no de este modo, renunciando a esa 'actividad esporádica' que me pudiese costar un disgusto, por lo que la opción no contemplada del 'celibato' cayó como un jarro de agua fría sobre mí.

Entonces me acosté pensando en la cantidad de estudios existentes que advierten sobre los efectos nocivos o potencialmente dañinos para el ser humano de multitud de cosas y de otros tantos que se encargan de rebatirlos. Por cada estudio existe un contraestudio. 

'Sabes qué' -le susurré a mi mujer al oído -Me gusta el peligro, vivir constantemente al filo de la navaja, entre la vida y la muerte. Para qué quiero un corazón sano...'

'Eso mismo decía yo'- me contestó -'Y ahora, duérmete'

Y mientras cerraba los ojos acuñé mi última idea, hacerme actor porno. Si alguien preguntase o se molestara, siempre podría justificar que es por motivos de salud.