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viernes, 4 de marzo de 2011

Ordenadores mamporreros en auxilio del sexo cibernético

No sé si reír, temblar o simplemente aplaudir la idea de convertir al ordenador en un 'mamporrero del ciberespacio' capaz de llevar al siguiente nivel en materia de relaciones sexuales telemáticas los básicos de toda la vida: el 5.0 para chicos y el 1.0 ó 2.0 para chicas. Según han enfocado el invento en la noticia de El Periódico de Catalunya que titulaba 'Una empresa de Girona crea un masturbador para relaciones 'on line'' la idea es acercar físicamente a parejas separadas por la distancia mediante la sincronización de dos aparatos electrónicos que detectan los movimientos de uno y otro. Una idea que, particularmente, me despierta ciertas inquietudes y algunas visiones surrealistas.

Que Internet ha transformado muchos de nuestros hábitos sociales es un hecho. No es extraño pues que haya influido también en un comportamiento primario e inherente a la condición humana como es el sexo. Desde el acceso a la práctica del mismo. 

Y es que mientras yo bebo de las fuentes de una generación en la que sólo por nuestros semblantes 'Orlando' -rojos como los tomates de aquellas latas-, sabían si mis amigos y yo nos habíamos caído, sin querer, tras la cortinilla de tiras de madera que separaba el videoclub del 'videoclub', la que llevaba una nota escrita en un papel para comprar preservativos y que hacía pensar, al dejarla sobre el mostrador de la Farmacia, que se perpetraba un atraco, la de ahora se basta y se sobra con escribir dos palabras en un buscador para tener acceso a millones de imágenes, vídeos...

Pero sobresaturación de contenidos sexuales al margen (suficientes como para infartar a cualquiera de los personajes interpretados por los reyes del 'cine del destape', Fernando Esteso y Andrés Pajares), el post que me ocupa gira en torno a las relaciones sexuales 'online' y al modo en que pueden llegar a cambiar gracias a este revolucionario invento, que además de sincronizar los movimientos de los aparatos -uno con forma de pene y el otro de vagina- dispone de página web con videoconferencia, para ver con quién 'ciberfollas' y cerciorarte de que esas sacudidas salvajes y placenteras que recibes no son, por ejemplo, obra del mismo cánido juguetón aficionado a la Nocilla y la mermelada del que tanto se habló durante algún tiempo.

Este pequeño paso para los 'ciberamantes' puede ser un gran paso para la humanidad e incluso para la propia industria del sexo.

Aplicaciones hay muchas. Las páginas de contactos, los chats podrían habilitar una 'consolate room' en la que poder echar un 'casquete'. Las páginas porno aportarían mayor realismo que nunca a sus películas, 'buenas, Sr. X, introduzca su pene en el consolador y disfrute de la proyección'. Y todo sin riesgos y muy aséptico.

Por no hablar, por ejemplo, del nicho de los 'ciberinfieles', los que flirtean y engañan a sus parejas por Internet y que en EE.UU. son un mercado al alza, especialmente desde la aparición de Facebook 'Cariño, hoy tengo mucho trabajo, me llevo el portátil al baño. ¿Por cierto, has visto ese sacapuntas grande y rosado que tenía escondido en mi cajón de los calcetines? Es que lo necesito, para hacer punta, ya sabes, al lápiz, quiero decir'.

Todo un nuevo mundo. 

Eso sí, a partir de ahora, mucho cuidado al entrar en las habitaciones, no vaya a ser que nos suceda como a aquel padre de la película de American Pie al que no le quedó más remedio que decirle a su hijo 'tranquilo, le diremos a mamá que nos la comimos entre los dos' después de sorprenderle en mitad de la cocina con una tarta de manzana en la entrepierna.

1 comentario:

  1. El aparatito servirá para reducir las suspicacias cada vez que veamos una tarta de manzana en alguna casa. ;D

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Como diría el Conde Drácula si fuese Blogger: "Pero no se quede ahí plantado y entre por su propia voluntad para opinar libremente"