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miércoles, 16 de marzo de 2011

Dios en Barcelona replica a Zapatero, 'he bajado y han tenido que invitarme a café'

Hoy he visto a Dios paseando por las calles de Barcelona. Iba de incógnito igual que una 'celebrity', con el rostro oculto bajo unas gafas de sol y una gorra bien calada hasta las cejas. Como a uno no se le presenta la posibilidad de hablar cara a cara con el Creador, me he ido directo hacia él. 'Sé quién eres- le he dicho- pero...¿qué haces aquí?-. Me ha dedicado una mirada recelosa por encima de las gafas. 'Jefe en estos tiempos reconocerán a 'Cañita Brava' antes que a ti' le he tranquilizado. Tras un guiño cómplice me ha susurrado: 'Estoy aquí por Zapatero, ya sabes'. He negado con la cabeza: No, no sé. Ni idea. 'Pues espera que te lo explico tomando café, alma de cántaro'. Y dicho y hecho.

Hemos tomado asiento en la terraza de una cafetería, levantado alguna que otra sospecha por ser la única mesa sobre la que en vez de lluvia el cielo abierto proyectaba un rayo de luz y charlado en compañía de sendos cafés. Confieso en este punto que, de inicio, había pedido uno con la esperanza de 'ahorrarme' el otro con el milagro de los peces y los panes, pero, tras saber que eso de multiplicar alimentos son cosas de su hijo, no me ha quedado otra que rascarme el bolsillo.

Un cuarto de hora más tarde, Dios me dejaba al cargo del pago de la cuenta por dos razones, que en el cielo no hay dinero y dos por la revelación que acababa de hacerme y desaparecía delante de mis narices en lo que calificaría de 'simpa divino'.

La revelación, el motivo de su visita a la Tierra, que él había atribuido a Zapatero, venía motivada por la frase del Presidente del Gobierno 'si esto no es mejorar, que baje Dios y lo vea', en alusión a que la renta per cápita de los españoles ha mejorado desde 2003 hasta 2009 en 2.700 euros, según publicaban algunos medios como Europapress. Así que, por alusiones, se ha dejado caer.

Yo me he visto en la obligación de preguntarle cómo lo había visto y él en la de responderme que sí, que en el global es así, pero que no todos ganamos lo mismo que, de todos modos, el incremento del coste de la vida en estos siete años también habría de tenerse en cuenta (vivienda, carburantes, alimentación...) y ver así hasta qué punto se diluye el poder adquisitivo de esos +2.700€.

Una vez en casa han vuelto a repetirse en mi cabeza las palabras 'no todos ganamos lo mismo' y he recordado que este año, España incluía dos fortunas más en la lista de milmillonarios de Forbes (de 1.200 millones de dólares en adelante), pasando de trece a quince, que Amancio Ortega, propietario de Zara, se situaba como el hombre más rico de nuestro país y el séptimo de todo el mundo y que su fortuna personal en un año se había incrementado en algo más de 4.000 millones de euros, según las estimaciones del rotativo norteamericano.

Y entonces me ha dado por coger una calculadora y multiplicar los 47 millones de habitantes que en la actualidad aparecen censados en nuestro país por los 2.700 euros de aumento medio de renta per cápita del período mencionado. El resultado, la friolera de 126.900 millones de euros. Acto seguido he consultado la lista de Forbes y sumado el incremento desde 2003 hasta este 2011 de tres de estas fortunas, la del propietario de Zara y su exmujer, también accionista, que han crecido en unos 15.000 y 1.785 millones de euros, respectivamente y la del propietario de la cadena de ropa Mango, que ha sumado 3.265 millones de euros más. Es decir, el equivalente al 16% del total de la renta per cápita.

No tengo nada en contra de los milmillonarios. Al contrario, a mí también me gustaría bañarme en una piscina de billetes y monedas como la de Tío Gilito. Y el uso de estas cifras son, básicamente, que en un país donde el paro tiene una tasa tan elevada, los niveles de consumo por los suelos, los precios por las nubes, mejor es ahorrarse según que datos 'generales' si lo que se pretende es sacar pecho.

Las estadísticas, como la información, tiene tantos modos de interpretación como interesados. Por mi parte estoy seguro de que mis 2.700 euros los debo haber donado a una ONG de 'Ricosmásricos', porque en casa no están, aunque los he buscado por todos los rincones