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lunes, 28 de febrero de 2011

Lo siento jefe, hoy no 'Mou' puedo levantar

Hoy no iba a postear nada, acogiéndome al raquítico plazo de recuperación entre la salida nocturna con los 'amigotes' del sábado (a mis años un esfuerzo equiparable al de dos partidos de Champions seguidos) y el sentarme frente al ordenador para 'enneuronar' un cerebro del todo 'desneuronado'. Hasta me había procurado un justificante médico gráfico, una rueda de prensa del entrenador del Real Madrid, José Mourinho, 'Mou' y una nota donde 'adoptando' la letra de mi mamá (no sé por qué con treinta y tantos sigo falsificando justificantes como si tuviese dieciséis) decía: 'Sr. Jefe, hoy mi hijo no puede postear porque está malito, tiene mal el ácido láctico y acumulación de fatiga. Le he dado un caldito de ave, a ver si eso le reanima. No se enfade, mañana estará mejor.'

Mou (siempre que escribo esta abreviatura no puedo evitar ubicarlo tras la barra de una destartalada taberna, dando instrucciones a Barney, Homer y demás acólitos del lugar mientras saca brillo a una copa de cerveza con un trapo de dudoso color blanco) y su comparecencia en rueda de prensa tras el empate a cero contra el Deportivo de la Coruña, eran mi salvoconducto para pasar un tranquilo día de 'teclados caídos'. Sólo era cuestión de saber adaptar los términos a las circunstancias.

Si alguien me preguntaba el por qué de esas ojeras, de esos ojos inyectados en sangre y del aliento capaz de fundir el metal, la frase 'tengo un resacón de no te menees' sería reemplazada por la de 'No es posible recuperarse tan pronto de un esfuerzo físico de semejantes características, esto es un fiel reflejo de la acumulación de fatiga', que traducido viene a decir algo así como: 'Estoy reventado de tanta juerga, me voy a la piltra'.

En caso de interesarse por mi palidez extrema, lejos de reconocer que a causa de los excesos de ese sarao nocturno mis últimas dos comidas iban de mi estómago a mi boca como dos sujetos en la sala de espera de un hospital a la espera de tener noticias de la operación a la que están sometiendo a un familiar, argüiría lo siguiente: 'Todavía tengo que recuperar ácido láctico, pero estoy en ello, son las 12 del mediodía y éste es ya mi cuarto café con leche'.

Sin embargo, finalmente, he aparcado la idea y me he sentado frente al ordenador por dos razones; la primera: porque soy un profesional y es mi trabajo (bueno, no del todo) y la segunda: para dar la razón a 'Mou', los plazos de recuperación de los futbolistas son demasiado cortos, pero también lo son los de los jugadores de baloncesto, balonmano, por no hablar de los ciclistas.

El calendario es el que es y la acumulación de partidos es un hecho (Liga, Champions, Copa del Rey y compromisos con las selecciones). Quizás por eso los grandes equipos, que disponen de plantillas en las que el banquillo está plagado de titulares, dosifican a sus estrellas, para 'protegerles' de ese posible agotamiento físico y mental, porque son capaces de ganar sin su concurso. Algo que 'Mou' no parece contemplar y cuyo máximo exponente es CR7.

El portugués es un fuera de serie, uno de los mejores jugadores del mundo y la gran estrella del Real Madrid, pero él no es todo el Real Madrid y, seguramente, podría ser 'prescindible' en el inicio de algunos encuentros durante la temporada. Dar descanso, los 'futbócratas' lo llaman 'rotaciones'. Esa es, de momento, la mejor solución a calendarios demasiado tupidos.

Sólo así se recuperan ácidos lácticos, cítricos, balsámicos, sulfúricos y todo cuánto haga falta.

Yo, por el momento, también me he apuntado otra opción que plantear a mi jefe para cuando tenga 'acumulación de fatiga' y que no es otra que un sistema de rotaciones semanales (vacaciones al uso, pero dándoles un aire más técnico)