Las redes sociales se multiplican con
la misma rapidez que un 'mogwai' en la ducha de un gimnasio después
de una sesión de spinning y ser 'cibersocialmente activo' está
empezando a convertirse en un trabajo estresante de dedicación
absoluta. Se podría decir que estamos ante el alumbramiento de la
figura 'Individual Community Manager'. La diferencia entre ésta y la
de 'Community Manager' es que la segunda es una figura laboral que
percibe una remuneración por sus servicios y el 'salario' de la
primera es el de dejar su vida a la vista del mayor número de
usuarios posibles.
Y es que de la noche a la mañana, un
individuo, se ha visto arrastrado a una vorágine de interacción
social que le obliga a mantener actualizado su perfil en Facebook,
para que sus amigos, familiares, conocidos e incluso aquel niño con
el que compartió guardería y aquel otro con el que lloró, cuna con
cuna, en sus primeros días de vida en la maternidad, vean lo mucho
que disfrutó en la fiesta de cumpleaños de una amiga, a tener que
'tuitear' a propios y extraños su quehacer diario, con todo lujo de
detalles, desde el color del orín al levantarse a lo fríos que
tenía los pies a la hora de acostarse, a intervenir en los foros de
Linkedin para opinar acerca de las excelencias de unos métodos de
trabajo que revolucionarán el mundo de la auditoría, a cuidar sus
círculos de Google+, de Yahoo! y de otras redes sociales en las que
está presente, por miedo a que mengüen su número de 'ciberamigos, cibercolegas y ciberseguidores'.
Si además tiene alguna afición, la
cosa se complica. Hay que ser usuario de redes sociales
específicas. Para ser un tipo 'social' puntero entre los millones de
admiradores del universo 'World of Warcraft' o la mejor 'fashiolista' también hace falta tiempo de dedicación.
Al final, el más 'social' de los
'sociables' acaba siendo una especie de hombre de las cavernas que vive
encerrado en su cuarto-cueva, vestido con pijama y zapatillas; un
huraño 'socialmente activo' con un ordenador y una conexión a
Internet en lugar de un garrote.
Por si no fuese bastante, ahora
Microsoft, parece estar ultimando los detalles de uno de los rumores
que tantas vueltas ha dado por Internet en los últimos meses, su
propia red social. Otra más. Como dice el refrán, éramos pocos y
parió la burra.
Me imagino la cara del 'hombre social'
al leer la noticia en su cuarto-cueva. ¿Más trabajo? Porque tiene
un perfil y una reputación que cuidar en Windows Live. Su jefe le
llamará a casa, para interesarse por qué hace una semana que falta
al trabajo.
'¿Cómo espera que vaya si entre
Facebook, Twitter, MySpace, Linkedin, Tuenti, Flickr, Google+,
Yahoo!...etc apenas puedo ir al lavabo? Le he hecho un agujero al
asiento de la silla y puesto un orinal debajo. Es de locos, de
locos'
Y cuando alguien le diga que estar
tanto rato encerrado no es sano, que debe salir, relacionarse.
'¿Más? Si me relaciono más acabaré
por tener amigos extraterrestres. Es humanamente imposible ser más
social' responderá, enfadado.
Yo hoy he decidido plantarme. No quiero
ser 'socialmente correcto' porque mi salud mental no me lo
permite. Mi 'perfil social' como internauta ha de ser como los
cereales con fibra, equilibrado. Ni mucho ni poco. Eso si, prefiero
mil veces ser un paria a vivir preso de una 'sociabilidad' mal
entendida, porque ni soy Roberto Carlos, ni necesito 'un millón de
amigos para así más fuerte poder cantar' si estos están todos en
la pantalla de un ordenador. Me bastan unos pocos sentados a la mesa
de un bar, con unas cervezas.